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Antony de Ávila lleva recluido 1.250 días en una de las peores cárceles de Nápoles
El exdelantero de Barcelona SC y la selección de Colombia está preso en el penal Poggioreale, que tiene acusaciones de violación de derechos humanos.
El Pitufo, Antony de Ávila, exdelantero de la selección colombiana y Barcelona, cumple 1.250 días recluido en la cárcel de Poggioreale, en Nápoles. Este penal, conocido como la ‘cárcel de la Camorra’, se ha ganado una temible reputación, al punto de que, según medios internacionales, su lema es: “Se entra vivo y se sale muerto”.
El exfutbolista, de 62 años, fue arrestado el 21 de septiembre de 2021 mientras estaba de vacaciones en Italia, según revelaron sus familiares.
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La justicia italiana lo acusa de producción y tráfico internacional de drogas, en colaboración con presuntos miembros del clan Buonerba, una mafia que opera entre las provincias de Nápoles y Génova.
De acuerdo con su abogado, Fabrizio de Maio, De Ávila fue condenado en 2004 a 12 años de cárcel por tráfico de narcóticos y su liberación está prevista para 2033 (porque entró a prisión en 2021).
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“Normalmente, si un hombre es condenado por este delito en Italia, debe cumplir toda la pena en prisión sin posibilidad de beneficios”, explicó el jurista.
La cárcel de Poggioreale, construida en 1914 para albergar a 1.680 reclusos, actualmente enfrenta graves problemas de hacinamiento, con casi el doble de internos.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado reiteradamente la existencia de torturas dentro del penal, asegurando que los maltratos son frecuentes debido a la falta de videovigilancia.
El portal Liberties informó que la Fiscalía de Nápoles investiga supuestos delitos cometidos dentro del penal, entre ellos secuestro, abuso de poder, coacción, lesiones y maltratos. Una de las zonas más temidas del recinto es la llamada ‘Sala Cero’, un espacio de aislamiento que, según testimonios de los internos, es utilizado para aplicar torturas.
Las condiciones en Poggioreale han generado un alarmante número de suicidios entre los reclusos, quienes prefieren acabar con sus vidas en lugar de seguir soportando los abusos, según han reportado diversos medios internacionales.