Daniela De la Cruz y Emilia Rubio se ‘colaron’ hasta el salón de un hotel de la capital. Ver al grupo colombiano Morat ‘valió la pena’ el riesgo, aseguraron.

Adoran a la banda y, aunque les faltó la fotito con los músicos, se ‘dan por bien servidas’ por haberlos tenido a menos de dos metros. “Estábamos cerquita. Habíamos esperado tanto ese momento. Madrugamos para verlos”, explicó Rubio.

Conseguir las entradas también fue un reto. La chica gastó el dinero que le dieron por su cumpleaños para vivir junto a su amiga la experiencia del show.

A De la Cruz fueron sus papis quienes la ayudaron a cumplir con el anhelo de ir al espectáculo de los intérpretes de ‘Llamada perdida’, aunque ella estaba dispuesta hasta a vender su celular con tal de no perderse el concierto, narró.

Para ella, lo mejor del grupo es la capacidad que tiene para componer temas que parecen inspirados en la vida de los fanáticos. “Cuando yo estaba conociendo a un chico, lanzaron ‘Cuando nadie me ve’, que describe cómo te vas enamorando poco a poco y no quieres que nadie se entere”, comentó.

Nora Taipe, en cambio, no tuvo que escabullirse para entrar al hotel. Es la presidenta del club de fans en Quito y, junto a cuatro ‘panas’, ganó un concurso para conocer a Morat.

Los chicos pusieron una cuota para comprarles un regalito a los cuatro integrantes. “En la caja hay dulces tradicionales. Un libro con frases que les escribimos, guayusa (bebida) y chocolate ecuatoriano”, contó.

Taipe ahorró durante dos años para comprar un boleto para la localidad más cercana al escenario. “Ese dinero era sagrado. Yo no lo tocaba por nada”, añadió.

Sus amigos Emily Zambrano, Álex Morales e Isabella Gómez también hicieron ‘maromas’ para conseguir las entradas y aunque no estarían juntos en el show cantarían a todo pulmón ‘No se va’, ‘Besos en guerra’, ‘Amor con hielo’, ‘Mi suerte’ y muchas más.

Bien recibidos

Ayer por la mañana, los colombianos se encontraron con algunos de sus seguidores. Martín Vargas, baterista de Morat, mencionó que se sienten como en casa y que la última vez que visitó Ecuador, en diciembre de 2019, un sentimiento muy bonito lo invadió al escuchar a sus fans al corear sus melodías.

Su hermano Simón comparte el cariño con el país, incluso dice que Ecuador y Colombia son “como fruta del mismo árbol”. Una de las cosas que más aprecia es la gastronomía local. “Nosotros lo llamamos lulo y ustedes naranjilla y probar eso en ceviche fue espectacular”, dijo.

Durante dos semanas, los músicos estuvieron “encerrados” ensayando. Quito sería el primer escenario en el que tocarían en vivo su más reciente éxito ‘Llamada perdida’. 

Boletos

Las entradas al show se agotaron al poco tiempo de salir a la venta.

Anécdotas

Los músicos coinciden en que es Martín el que más historias de despecho colecciona.