Un adolescente de apenas 15 años fue detenido en la tarde del viernes 16 por portar un arma y transportarse en una moto robada. Él no andaba solo, sino que era acompañado por su hermano. Estos fueron detectados en un calle de la cooperativa El Pedregal, en el Guasmo, al sur de Guayaquil.

“A los padres de familia les decimos que estén al tanto de las actividades de sus niños”, exhortó el teniente coronel Ramiro Arequipa, jefe subrogante del distrito Sur, zona que comprende a las cooperativas y barrios que se anexan al Guasmo y todos los que se asientan desde la avenida 25 de Julio, de las vías de mayor tránsito del sur de la urbe porteña.

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“Ellos al ser vistos en un patrullaje mostraron actitud evasiva. No conocemos si tienen nexos con algún GDO (grupo de delincuencia organizada), pero tal vez iban a cometer algún delito de oportunidad ante algún descuido”, comentó.

Sin embargo, el jefe policial no solo instó a las cabezas de hogar a mantenerse atentos a sus menores, sino también a las autoridades zonales de Educación.

“Les pedimos a la dirección zonal de Educación que tome en cuenta también los porcentajes de deserción y abandono escolar que existen en este distrito, para identificar las actividades que están haciendo los jóvenes que no son parte del programa educativo”, afirmó.

Él reveló que, solo en su distrito, entre 750 y 800 preadolescentes y adolescentes han abandonado los estudios en el último año.

“El período lectivo de la Costa, que culminó hoy (viernes 16), nos dejó esta cifra. Sabemos que es un aproximado, pero es una cantidad alarmante ya que en este distrito tenemos un total de 58 mil menores en el sistema educativo y unas 400 unidades educativas fiscales, particulares y fiscomisionales”, finalizó Arequipa.

Freddy Gómez, docente de una unidad educativa de la zona, corrobora lo que dice el oficial. “Muchos estudiantes llegan a cuestionarse la razón de que ellos estén en las aulas. Dicen ‘¿de qué me van a servir las matemáticas en la vida?’ y lo que se hace como docente es motivarlos para que no deserten y continúen. Les explicamos que si no aprenden esto hasta les robarían en lo que les corresponde por derecho, por ejemplo, en un trabajo cuando les paguen”, afirma.

El docente comenta que hace unos años supo del caso de una menor que tuvo que ser retirada del año lectivo porque la estaban obligando a vender drogas y ella no accedía. “Perdió el año completo. No había cómo ayudarla”.

Él, además, propone que las desigualdades influyen en los estudiantes. “Al ver que tal vez en sus hogares faltan recursos deciden irse por las propuestas para hacer dinero, pero de mala forma”, finaliza el maestro. 

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