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Los hermanos Samuel y Fernando Arce Navas participan en torneos interescolares y profesionales, además juegan partidas en los centros comerciales, donde buscan contagiar su amor por este deporte.Jorge Alvarado

En Guayaquil, dos 'chamitos' echan pa' lante con el ajedrez

Fernando y Samuel Arce son dos hermanos venezolanos, de padres ecuatorianos, que buscan sobresalir en este deporte en el país que los acoge. Te contamos su historia

Fortaleza o serenidad de ánimo para soportar las vicisitudes de la vida. Esta es una de las acepciones que la Real Academia de la Lengua da a la palabra filosofía. Y es lo que en la práctica están viviendo miles de familias venezolanas, como la de los hermanos Fernando y Samuel Arce Navas, de 15 y 8 años, quienes hace cuatro debieron cambiar abruptamente de país para adaptarse a una nueva vida en el Ecuador, la tierra de sus padres. La escuela, los amigos, las arepas, el acento y los paisajes amazónicos de su natal Puerto Ordaz. Todo lo debieron dejar atrás desde finales de 2017, cuando junto a su mamá decidieron venirse para Guayaquil por la dura crisis humanitaria de Venezuela. Todo, menos el ajedrez.

El llamado 'deporte ciencia' no lo cambian ni abandonan por nada, ya que su padre, un árbitro de esta disciplina en el país petrolero, se los ha inculcado para que a través de él desarrollen la creatividad y la imaginación y, quien sabe, algún día puedan llegar a ser grandes maestros  internacionales.

Cuando aún vivían en Puerto Ordaz, ciudad estado de Bolívar, fronterizo con Brasil, Fernando, el mayor de los hermanos, acompañaba a su papá a los grandes torneos donde este hace de réferi. "Al principio solo le ayudaba a colocar las piezas una vez que terminaban las partidas, después poco a poco comencé a jugarlo y actualmente ya he participado en torneos importantes en el Ecuador", dice el quinceañero, a quien por sus ojos razgados sus amigos le dicen 'Chino'.

Y no miente, tan solo entre el 10 y el 12 de septiembre de este 2021, él participó en el torneo nacional  Sub-16 de Ajedrez, celebrado en Macas, capital de Morona Santiago, donde si bien no obtuvo un premio,  cree haber "ganado mucha más experiencia" para el próximo Sudamericano, a celebrarse en Guayaquil en diciembre.

Fue al llegar al Ecuador que me tomé en serio esta disciplina y empecé a participar en torneos. El primero al que fui en el Colegio Americano. Hoy me gustaría participar en el Sudamericano.Fernando Arce Navas, ejedrecista

Su hermano menor también dio sus primeros pasos estando aún en Venezuela, y hoy en tierras ecuatorianas, ya tiene a su haber jugar en torneos interescolares y en un Sub-8 de  la provincia del Guayas, en el que hasta quedó segundo a nivel de equipos.

Pero la gran afición que tienen ambos por este deporte no se queda allí. Por sus conocimientos y destrezas, estos dos chicos son también un referente en la Unidad  Educativa Manuela Cañizares, donde estudian desde que llegaron a Guayaquil.

Los dos chicos y sus medallas ganadas posan al píe de la Unidad Educativa donde estudian en Guayaquil.cortesía

Fernando Arce recuerda que cuando aún no llegaba la pandemia de coronavirus, una de sus maestras descubrió que a ambos les gustaba el juego de las torres, caballos y  alfiles y le pidió que ayude a que otros chicos del plantel lo aprendan, para lo cual se juntó a alumnos de todos los cursos.

El proceso de aprendizaje masivo del ajedrez en ese plantel ubicado en la ciudadela Sauces 1  iba bien, hasta que llegó la emergencia sanitaria, que obligó a paralizar  esta iniciativa y a limitarla a esporádicos sesiones o competencias virtuales.

Sin embargo, en los últimos meses cuando han terminado los confinamientos y otras restricciones por un descenso en los casos de Covid, los Arce Navas acuden a los  centros comerciales donde suelen juntarse algunos chicos para practicar el deporte. Uno de estos sitios es el Garzocentro, cercano a su vivienda en Sauces I.

"Sin embargo, en Ecuador no he visto mucha gente que le llame tanto la atención, hay personas que se paran a apreciar una partida, pero pocos son los que juegan", aclara el Chino, quien junto a su pequeño hermano, son parte de la Academia ABC Chess, liderada por el profesor Alberto Coronel, quien es entrenador de los chicos y quien más impulsa a estos menores a tratar de participar y destacar en el mundo deportivo nacional e internacional.

"TIENEN FUTURO, PERO HAY QUE TRABAJAR DURO"

Al respecto, este entrenador señala que tanto Samuel como Fernando (a quien menciona siempre por su segundo nombre: Samael), tienen futuro en el ajedrez, aunque el mayor de los hermanos haya empezado tarde a capacitarse en una disciplina donde lo ideal es empezar a los 5 o 6 años de edad.

"Por más que comenzamos con ellos desde hace tres años, hay muchos otros chicos que tienen jugando desde los seis. Lo que se ha hecho con Samael es acortar la distancia y lo que se quiere ahorita con los dos es equiparar el asunto de experiencia en torneos", subraya Coronel.

Lo que se ha hecho con Fernando es acortar la distancia y lo que se quiere ahora con los dos hermanos es equiparar el asunto de experiencia en torneos".

​Alberto Coronel, entrenador

Pero no solo Coronel está detrás de estos dos 'chamos'. Toda la unidad educativa donde Samuel cursa el tercer año de básica y su ñaño el décimo, los respalda en su  activismo por el 'juego ciencia', comenzando por su directora Janina Bermúdez, quien da todas las facilidades para que los pequeños puedan practicar y participar en torneos y actividades relacionadas.

Fernando Navas (centro), junto a su entrenador Alberto Coronel y un compañero participaron en estos días al Nacional de Ajedrez en Macas.cortesía

Lo dice Marjorie Navas, mamá de los pequeños, quien aclara que no quiere "protagonismos", pero quien, sin embargo, es el principal motor para que sus hijos se adapten y sobresalgan en este país, del cual ella y su esposo habían partido hace 20 años en busca de una vida mejor.

Hoy que ella ha regresado por fuerza de las circunstancias, trayendo a sus hijos, considera haber hecho lo mejor. Si bien su esposo no puede retornar aún por algunos  inconvenientes que tiene allá, Navas ve a su natal Ecuador como un país con más libertades y oportunidades.

"Mis hijos están contentos, pueden salir a la hora que sea sin temor a tanta delincuencia. Allá en Venezuela había que encerrarse a las seis de la tarde", recalca la  mujer de tez trigueña.

Los chicos lo corroboran. Anuncian que así en Venezuela mejore la situación algún día, ellos prefieren quedarse en Ecuador, donde ya están tramitando por la nacionalidad; y entre las razones para no querer irse de acá, constan que, además de haber sido bien recibidos por todo el mundo, tienen primos, tías, abuelos, mientras que allá eran una familia de ecuatorianos, sin parientes.

Lo cierto es que esta familia, por tener raíces ecuatorianas, no sufre la falta de un techo, escuela y otras calamidades que tienen miles de   venezolanos que han tenido que dejar su país en busca de un mejor porvenir. Solo en Ecuador hay alrededor de 500.000 venezolanos, la mayoría viviendo en forma irregular.

Los hermanos Arce Navas, sin importar su nacionalidad extranjera han sido aceptados sin problemas en el sistema educativo fiscal del país. Solo en Guayaquil y la Zona 8, ambos son parte del total de 8.208 estudiantes venezolanos en 2021, según dijo el Ministerio de Educación a Extra. (Ver cuadro)

"Me gusta la comida y el pan de acá", dice el pequeño Samuel, cuyos ojos color gris claros contrastan con los del resto de su familia. Mientras tanto Samuel destaca ciertas diferencias entre Ecuador y su país natal. Por ejemplo, recuerda que allá las jornadas de clases clases eran más extensas ( de 07:00 a cuatro de la tarde ) y solo  matutinas, con espacios de recreación dentro del aula mismo.

"Acá en Ecuador se puede estudiar también en (jornadas) vespertinas y en los recreos sí podemos salir de las aulas. En muchas cosas me siento más cómodo aquí que allá", subraya Fernando Samael, quien sin empacho dice que aspira a ser un Gran Maestro Internacional de Ajedrez.

¿Podrá lograrlo? Su entrenador dice que es posible con perseverancia y trabajo. "Ojala lo pueda lograr -augura Coronel-, pero si no es así el ajedrez de por sí ya es un triunfo en la vida del jugador, porque le ayuda a tomar decisiones, aceptar resultados, a ser honesto, resonsable, ayuda a mejorar la retención, la memoria, etcétera, etcétera".