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José Molineros recibió los tiros por la espalda mientras veía una pelea de aves.TOF

Gallero baleado a traición

Al mediodía del sábado salió de su casa en Guayaquil para viajar a Puebloviejo, donde lo sorprendieron los sicarios bien sentadito

Recostado en una hamaca, así es como Eliana Véliz Zambrano vio por última vez a su esposo José Molineros Cortez. Fue en una videollamada que le realizó cinco horas antes de su asesinato, registrado dentro de una gallera clandestina ubicada en el recinto Panigón, zona limítrofe entre los cantones Babahoyo y Puebloviejo, en la provincia de Los Ríos.

El hombre, de 40 años, conocido como Gato, murió sentado en uno de los tablones de madera instalado alrededor de la gallera.

El crimen ocurrió cerca de las 19:00 del sábado 19 de febrero, cuando los asesinos visualizaron a su víctima y la atacaron por la espalda.

Tres proyectiles de arma de fuego perforaron sus pulmones y el último ingresó por la parte posterior de la cabeza, proyectando su cuerpo hacia el borde de la arena, donde dos gallos estaban en combate.

Inmediatamente después de los disparos, cada participante cogió a su ave y empezó el alboroto por tratar de salir del sitio.

Los dos sicarios huyeron sin que nadie pudiera evitarlo, dejando el cuerpo del Gato desangrándose en el ruedo. En el sitio nadie se atrevió a tocar el cadáver hasta que llegó la Policía a tomar procedimiento del hecho.

Eliana, esposa del fallecido, contó a Diario EXTRA que cerca del mediodía del sábado su marido salió de la casa en Guayaquil para dirigirse a la parroquia Caracol, del cantón Babahoyo, en Los Ríos, con el fin de verificar los trabajos realizados en su gallera. “En enero empezó a remodelar una gallera que tenía y la puso en alquiler. Por eso viajaba frecuentemente y además porque allá en la parroquia también viven algunos familiares”, relató la viuda.

Pero lo que no sabía Eliana era que en esos viajes el Gato aprovechaba para disfrutar de su deporte preferido en otra gallera del sector. “Desde que lo conocí era muy aficionado a los gallos. Hubo un tiempo que lo dejó, pero volvió. Nunca estuve de acuerdo, e incluso en la videollamada dijo que no iba a ir a las peleas de gallos”, narró la fémina.

El Gato era oriundo de la parroquia Caracol, pero vivía en Guayaquil con Eliana, con ella procrearon tres hijos: de 14, 12 y 9 años, pero la mujer era quien se quedaba a cuidarlos cuando él viajaba a Babahoyo.

Para la Policía aún no hay hipótesis claras de lo ocurrido y por ello realiza la toma de versiones a las personas que estuvieron presentes durante el ataque. (TOF)