Si vas a Puerto Cayo no te dejes llevar por la primera impresión que dan los viejos paraderos de buses y el monte que crece junto al estero que está a la entrada de esta apacible parroquia  situada en el sur de Manabí y al norte del Parque Nacional Machalilla.

Da unos pasos, adéntrate en el pueblo y verás que poco a poco empezarás a descifrar interrogantes como: ¿por qué visitar este lugar? ¿Qué tiene de especial o de distinto frente a otros que están en la misma Ruta del Spondylus? ¿Por qué no ir un poquito más al norte y disfrutar de Puerto López o Manta, o al sur donde están Montañita, Salinas...?

El saludo cordial de los lugareños y el respetuoso ofrecimiento del servicio de mototaxis comienzan por desvanecer ideas preconcebidas sobre maltrato e inseguridad que suelen tener los turista apenas llegan a un destino desconocido.

Sí, a las calles del pueblo les falta una buena mano de asfalto, pero es algo que finalmente está por cambiar, como han cambiado últimamente muchas cosas en este balneario del Pacífico.

Hasta hace poco más de un año, sus 3.900 habitantes ni siquiera tenían un malecón; y el parque central ubicado en la parte popularmente llamada 'Cayo Viejo' -donde nació esta parroquia rural de Jipijapa, hace más de medio siglo-, ha sido renovado en este 2021 para dicha de chicos y grandes; igual que el contiguo coliseo, centro de todas las actividades culturales, deportivas y ahora hasta de la vacunación.

El turista nacional y extranjero, que acude por primera vez a Puerto Cayo, solo necesita de unos cuantos minutos para sentirse en confianza con todo lo que allí le rodea, pero especialmente a gusto con sus amplias y tranquilas playas, el clima primaveral y la exquisita gastronomía.

"Solo estas tres cosas ya justifican el haber hecho maletas, madrugar un poco y tomar la carretera desde los Andes para venir hasta acá", dijo a EXTRA Homero Morales, un ambateño que visita este lugar desde que lo conoció, en 2015.

No es que la rica comida y el manso mar de este lugar sean algo que no se encuentre a lo largo de la costa ecuatoriana. Lo que Morales y muchos otros visitantes valoran de este lugar es la paz que encuentran allí a cualquier hora, día y año. Y de eso es quizás de lo que más se enorgullecen los cayenses.

Uno de ellos es Luis Tapia, quien es vocal del Consejo Parroquial de Puerto Cayo. "Nuestro principal activo y atractivo es la tranquilidad, porque aquí hay cero ladrones, la delincuencia no va, aquí usted viene con su carro, puede dormir incluso en la calle y no le pasa nada", afirma el adulto mayor, quien también es hotelero.

Pero a qué se debe que Puerto Cayo sea un lugar seguro, y sin esos escándalos que sufren otros destinos de playa? Los cayenses lo atribuyen principalmente al hecho de que allí no hay discotecas ni otro tipo de locales de diversión nocturna. Si algún turista desea irse de pachanga, viaja a Puerto López, que está a 10 minutos en carro. Pero a Cayo se viene a disfrutar en el día y a descansar en la noches, repiten los lugareños.

Otra de las razones por las que turistas y cayenses duermen tranquilos allí es que el pueblo está bien resguardado por las distintas instituciones del orden.

En efecto, Tapia señala que esta población que vive de la pesca y el turismo, "tiene a sus alrededores a la Marina que está siempre rondando, tenemos la Comisión de Tránsito del Ecuador, al Ejército que controla todo el oleoducto y tenemos a la Policía Nacional. Estamos bien resguardados".

El largo feriado

En estos momentos, la parroquia, cuyo presupuesto para este 2021 es de de este año 189.000 dólares, se está preparando para el largo feriado de inicios de noviembre, por el Día de los Difuntos y la Independencia de Cuenca.

Gloria Villegas, hotelera del lugar, dice a EXTRA que Cayo (nombre abreviado que sus habitantes dan a la población) tiene 800 plazas para los visitantes pero en las afueras, en la también llamada Ruta del sol hay otras 200, aunque estas ofrecen habitaciones con costos superiores.

"Todo el pueblo se prepara como en todos los feriados. Nosotros como hotel tenemos lista las habitaciones, con precios cómodos y medidas de bioseguridad. Los operadores turísticos también están alistándose con sus diferentes productos, sus cabañas y poder dar una buena atención", agrega Villegas.

La mujer también destaca las obras que se han hecho tanto en Cayo Viejo como en la parte más moderna, llamada Cayo Nuevo, que es donde se levantan hermosas viviendas de playa y se ha rehabilitado el malecón y algunas calles, a un costo de un 1'200 000 dólares, con ayuda del Municipio y la Prefectura de Manabí.

La comida, otro imán

Si esperas encontrar algún platillo 'estrella' o en Puerto Cayo no lo vas a encontrar. Lo que sí es seguro, es que allí te sirven una gran variedad de mariscos frescos y con una sazón que invita a repetir.

En cualquier vivienda o restaurante se ofrecen cebiches, apanados, arroz y sopa marinera con una buena temperatura y presentación, pero ojo, la cantidad también cuenta.

"La gente viene de Cuenca, Ambato, Guayaquil, directo a mi local y me alaba la comida, lo que no saben es que la que prepara todo es mi mamá. Yo solo atiendo a los clientes", confiesa Magaly, quien tiene una cabaña junto al mar.

Tapia, acota que en el pueblo "no tenemos un platillo ícono, porque la gastronomía es totalmente variada a base de mariscos, con una excelencia en camarones, langostinos del mar a la mesa, pescado frito, arroz marinero, cebiches de concha....".