Exclusivo
Actualidad
Familiares de tres reclusos asesinados narraron sus penas: ¡La desgracia le ganó a la libertad!
Una de las víctimas tenía 24 horas en la ‘Peni’. A otro le faltaban ocho días para salir libre. Mientras que a un tercero lo acusaron de un delito del que sus familiares aseguran es inocente.
Tienen historias distintas, pero confluyen en dos palabras: cárcel y muerte. John Roger Tito Campuzano Triviño, Darlin Orlando Mora Chiriguaya y Jhonny René Guerrero Intriago son tres de las víctimas de la segunda peor masacre ocurrida en el Centro de Rehabilitación Social de Varones No.1 de Guayaquil.
Y aunque los delitos por los que estuvieron detenidos no eran los mismos y tampoco el tiempo en prisión, lo que sí tenían en común estas tres personas es que el último día de su existencia lo pasaron dentro del centro penitenciario donde 62 reclusos fueron asesinados la noche del pasado viernes.
EXTRA recogió los testimonio de los familiares de estas víctimas que hoy engrosan la lista de privados de libertad asesinados en Ecuador, en lo que va del año: 328.
Lo reconoció por el calentador que llevaba puesto
Aunque su mente se resistía a creer que el amor de su vida y el padre de sus dos hijos era una de las víctimas de la masacre ocurrida en la ‘Peni’ una corazonada, luego de ver una fotografía, la hacía dudar.
La confirmación de lo que tanto temía llegó la mañana del domingo. Treinta y seis horas después de que leyera el último mensaje que su esposo John Roger Tito Campuzano Triviño le enviara desde su celda, en el pabellón 2 de la cárcel porteña donde desde el 1 de septiembre pasado estaba recluido.
Campuzano Triviño fue detenido por el delito de falsedad de información bursátil, él era el contador de la empresa Ecuagran S.A., demandada por la Superintendencia de Compañías.
Su esposa relató que en la conversación final su cónyuge le escribió: “Bueno, por acá las cosas no están bien, en la madrugada hubo detonaciones y en la mañana disparos, por tal razón no entró nada de comida el día de hoy. Gracias a Dios estamos bien todos los que estamos aquí en transitorio. Dios quiera que todo sea paz y tranquilidad”, luego no volvió a saber más de él, hasta que confirmó que estaba muerto.
Contó que luego de conocer de la matanza, junto a sus hijos se acercó al Centro de Rehabilitación Social, pero nadie les confirmó que había sido asesinado, por lo que acudieron al Laboratorio de Criminalística y varios hospitales para conocer qué había pasado con John.
“Eran las 21:00 del sábado, cuando en las redes sociales vi fotos y vídeos de lo que había ocurrido en la cárcel. En una de las fotografías vi a varias personas muertas y en el piso. Uno de ellos tenía un calentador parecido al que mi hijo le dio a mi esposo. Aunque me negaba a creerlo. Algo me decía que era él”, mencionó.
Con su voz entrecortada, el menor de los hijos de Jhon sostuvo: “El único delito de mi padre era su afición por el deporte, él era inocente”.
Se enteró del asesinato de su hijo por una publicación de EXTRA
Todos los días María Chiriguaya se informa a través de EXTRA. Y ayer no fue la excepción. Antes de las 08:00 salió de su domicilio y adquirió el Diario. Mientras leía el reportaje sobre la masacre en la ‘Peni’ publicado en la páginas 2-3 le llamó la atención el listado de los fallecidos.
Pero se quedó en shock al ver que en el número 19 de la lista estaba el nombre del mayor de sus cuatro hijos, Darlin Orlando Mora Chiriguaya.
Su vástago, de 26 años, fue detenido la noche del pasado miércoles, dos días antes de la masacre que acabó con su vida y las de sus compañeros del pabellón 2. La aprehensión ocurrió en el recinto La Lorena, del cantón Santa Lucía, en la provincia del Guayas.
“La Policía llegó a mi casa y se llevó a mi ñaño. Lo acusaron de tráfico de armas, junto a él cayeron otras personas, pero ellos quedaron en libertad”, contó Yandri, su hermano menor.
El joven relató que en su desesperación por corroborar si realmente Darlin había sido asesinado, en la cárcel donde apenas tenía 24 horas recluido, su madre y otros parientes se trasladaron hasta el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, en el Puerto Principal.
“Nosotros desconocíamos que a mi hermano lo habían ubicado en el pabellón 2. Solo nos comunicaron que después de la audiencia de formulación de cargos, que se realizó la tarde del jueves, lo llevaron a la Penitenciaría del Litoral”, manifestó el muchacho.
Una pariente, quien llegó a Guayaquil para acompañar a la madre del reo asesinado, corroboró la versión dada por su allegado.
“No sabíamos nada de mi sobrino, porque desde que lo trasladaron a la ‘Peni’ no supimos más de él. Nos enteramos que estaba muerto por el reportaje publicado en EXTRA. Ni siquiera nos informaron que estaba en el pabellón 2. Él no pertenecía a ninguna banda criminal”, comentó la señora.
Con los enrojecidos ojos por tanto llorar por la muerte de su muchacho estaba la progenitora de Darlin.
“Ella no quiere hablar, le respetamos su dolor. Mi sobrino era su adoración”, comentó una pariente que no se identificó.
Hasta el cierre de esta edición el cadáver aún permanecía en el instituto forense. Sus familiares realizaban los trámites legales para retirar los restos, los mismos que serán velados y sepultados en su tierra natal.
Le faltaban ocho días para salir de ‘cana’
El destino le jugó una mala pasada a Jhonny René Guerrero Intriago, de 21 años. Cuando estaba a ocho días de salir de ‘cana’, luego de cumplir su condena de un año por el delito de robo, fue asesinado en la cárcel donde estaba recluido desde el 23 de noviembre de 2020.
Sus padres, quienes recién la mañana de ayer conocieron que el muchacho era una de las víctimas mortales de la masacre, llegaron al Laboratorio de Criminalística para retirar su cadáver.
Desconsolado, el progenitor lloraba afuera del instituto forense y lamentaba la forma salvaje en que fue asesinado su hijo, quien según su versión se encontraba enfermo.
“Mi hijo tenía tuberculosis, nunca nos permitieron llevarlo a una casa de salud. Nos enteramos por un compañero de celda que lo habían trasladado al dispensario médico de la cárcel. Ya le faltaban pocos días para recuperar la libertad. Estábamos haciendo los trámites con su abogada para sacarlo, pero le ganó la muerte”, manifestó Jhonny Guerrero Muñoz, su padre.
Dijo que desde el sábado se acercaron varias veces a la Penitenciaría del Litoral para conocer cuál era el estado de salud de Jhonny, pero nadie le dio información acerca de su paradero y menos le dijeron que estaba muerto.
“Mi hijo estaba en el pabellón 8. Pero por su dolencia lo llevaron al dispensario, parece que allí lo mataron. Que le dispararon. No tenemos más información porque nadie dice nada”, aseguró Guerrero.
Hasta la tarde de ayer los restos de Intriago Guerrero aún permanecían en el Laboratorio de Criminalística.