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A familiares de desaparecido les dijeron que ya no busquen más porque estaba muerto y cortado en siete partes
Los restos de Joseph Villamar Alvarado estaban metidos en fundas y sacos de yute. Le dispararon y descuartizaron. Fue reconocido por un tatuaje.
Una llamada telefónica alertó a una familia guayaquileña del macabro crimen de un pariente. La persona que los contactó les dijo que ya no buscaran más, porque Joseph Alexander Villamar Alvarado estaba muerto y su cadáver abandonado en el tramo que conecta la vía a Costa con la Perimetral, en sentido norte-sur, cerca al ingreso de la Espol.
Los familiares se trasladaron hasta ese sector para verificar si se trataba de su ser querido. La escena era atroz. El cuerpo de Joseph estaba dividido en siete partes, envuelto en fundas plásticas de color negro y metido en sacos de yute.
La desaparición del guayaquileño, de 28 años, fue denunciada en la Fiscalía del Guayas, el pasado 24 de noviembre. Tenía dos días sin saber de su paradero cuando asentaron la querella.
El aterrador descubrimiento ocurrió a las 07:00 del lunes. Los allegados de la víctima al abrir las fundas corroboraron que se trataba de su pariente, por el nombre de su novia tatuado en su brazo derecho. Enseguida informaron del hallazgo al ECU-911. Horas después, la Policía realizó el levantamiento de los restos, los mismos que fueron trasladados al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil.
Una fuente policial reveló a EXTRA que el cadáver estaba dividido en siete piezas anatómicas. “La cabeza estaba en una funda, en otra estaba el tórax y el fémur izquierdo, los brazos y las piernas y el fémur derecho también estaban separados. Todos enfundados y metidos en tres sacos de yute, los cuales estaban a un costado de la vereda”, detalló el investigador.
El agente indicó que la víctima presentaba heridas de arma de fuego en la cabeza, tórax y en las extremidades inferiores y que pese al estado de descomposición se pudo determinar que el descuartizamiento se hizo con un cuchillo.
Por su parte, el coronel Henry Herrera, jefe de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), informó que las pericias determinaron que el cuerpo tenía cinco días y que estaba en estado de descomposición. “Estaba desaparecido desde el 22 de noviembre. Fuimos alertados por el ECU-911. Realizaremos el protocolo correspondiente y la investigación del caso”, sostuvo.
Los familiares hicieron los trámites para retirar los restos y darle sepultura. (AEB)