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En este lugar, rodeado de basura, fueron hallados enterrados los dos desaparecidos y otra persona, cuya identidad aún se desconoce.Cortesia

Qué se esconde detrás del crimen de militar y comerciante desmembrados y enterrados

Los cadáveres fueron encontrados cerca de un templo religioso en Socio Vivienda 2. Estaban divididos en seis partes

En un sector apartado y de difícil acceso, a unos 25 metros de la parte posterior de un templo religioso, cerca del plan habitacional Socio Vivienda 2, en el noreste de Guayaquil, fueron hallados los cadáveres del militar Ángel Heriberto Sánchez Sánchez y la comerciante Norma Piedad Sánchez Sánchez, quienes estaban desaparecidos desde el sábado 11 de enero.

(Te invitamos a leer: El terrible hallazgo del militar y la comerciante desaparecidos en Guayaquil)

El macabro descubrimiento se realizó la tarde del miércoles 15 de enero, tres días después de que ambos fueron vistos por última vez. Los cuerpos fueron encontrados desmembrados, divididos en seis partes cada uno, y depositados dentro de sacos de yute que fueron enterrados en el mismo lugar, aunque a diferentes profundidades, según informó una fuente policial.

“Encontramos tres cabezas, tres tórax, seis brazos y seis piernas, correspondientes a tres personas diferentes. Una de las víctimas era una mujer. Tres de los costales estaban enterrados a unos 80 centímetros de profundidad; los otros tres, a poco más de un metro”, detalló un investigador de la Policía.

De acuerdo con las pericias realizadas en el lugar, los cadáveres de un hombre y una mujer tenían el mismo tiempo de fallecimiento, mientras que el tercer cuerpo presentaba un estado más avanzado de descomposición.

“Los restos humanos estaban dentro de costales usados para empacar arroz. Debido al estado de descomposición, fueron colocados en fundas blancas para cadáveres. El sitio es una quebrada rodeada de vegetación y basura. Es un lugar peligroso, probablemente controlado por una organización criminal”, agregó.

El investigador dijo a EXTRA que las víctimas aún llevaban ropa, lo que permitió ser reconocidas por sus familiares. En el lugar del hallazgo también encontraron dos vainas percutidas calibre 9 milímetros.

El reporte inicial del hallazgo se realizó en horas de la tarde, pero la lluvia y lo complejo del terreno retrasaron la extracción de los cuerpos hasta la noche. Posteriormente, fueron trasladados al Laboratorio de Criminalística de Guayaquil para realizar las autopsias y exámenes correspondientes, que finalmente confirmaron sus identidades.

Desaparecieron juntos

Otra fuente policial indicó a este Diario que el militar y la comerciante estaban juntos al momento de su desaparición. Las primeras investigaciones apuntan a que los responsables podrían pertenecer a una organización criminal que opera en esa zona de la ciudad, parte del distrito Nueva Prosperina.

Desde el 1 al 16 de enero, esta jurisdicción contabilizaba 28 muertes violentas, siendo el sector con el mayor número de asesinatos de la Zona 8, conformada por los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón.

“En esa área están asentados Los Tiguerones. No se descarta que haya habido un secuestro, aunque nunca hubo contacto con la familia ni se pidió dinero por su liberación. Eso lo determinarán las investigaciones”, explicó la fuente policial.

Ángel tenía grado de sargento segundo y 20 años de servicio en las Fuerzas Armadas. Trabajaba en el Comando de Operaciones Aéreas y Defensa de la Base Aérea Simón Bolívar, ubicada en el norte de Guayaquil.

Una fuente de las Fuerzas Armadas señaló que Ángel había solicitado permiso por una emergencia, aunque no especificó de qué se trataba. “No sabemos exactamente. No regresó a su casa después de salir del trabajo. Tuvo contacto con su esposa hasta las dos de la tarde del sábado, pero al día siguiente la familia presentó la denuncia en la Fiscalía porque no apareció. Las huellas dactilares confirmaron que uno de los cuerpos desmembrados era de él”. (AEB)

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