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Éricka en acción, cortando madera, en el taller familiar. Aprendió el oficio desde la adolescencia.Jimmy Negrete / EXTRA

Éricka es la señora de los marcos en el suburbio de Guayaquil

En la 38 y Chambers, una madre es la sensación en la decoración de cuadros y retratos. Sigue los pasos de su padre en un taller de marquetería.

Con la mano izquierda sostiene una tira de madera. Con la derecha acciona una cuchilla circular que corta el material. El ruido de la máquina invade los tímpanos de quienes pasan cerca, pero Éricka Álvarez deslumbra más por su destreza.

En las calles 38 y Chambers, en el suburbio de Guayaquil, la conocen por ser la única mujer que labora en un taller donde se fabrica marcos para cuadros artísticos y retratos. Sus vecinos y clientes la admiran. Ella se ha convertido en la ‘dura’ de ese ‘camello’.

La artesana lleva la inspiración en la sangre. Su padre, Carlos Álvarez, fue el primero de la familia en ese oficio y de él aprendió mucho.

Éricka pasó su adolescencia rodeada de astillas y retazos metálicos. Con el sonido de fondo de maquinarias trabajando y de mezclas musicales brotando de un radio.

Es la única mujer entre cuatro hermanos. Y solo ella sigue la línea de la marquetería. A los 13 años dio sus primeros pasos en esta actividad y desde hace 11 se dedica por completo al oficio.

“Nadie me enseñó. Aprendí viendo y dándome cuenta cómo se hacían las cosas. Luego pedía consejos de cómo tener cuidado para no lastimarme”, cuenta.

CON TODOS LOS ‘JUGUETES’

Éricka ‘chambea’ de lunes a sábado, de 09:00 a 19:00. Antes de iniciar su jornada primero se equipa. Se coloca unas gafas protectoras, tapones en los oídos y guantes cuando le toca hacer marcos de aluminio, material cuyos filos podrían ocasionarle cortes en las manos.

Principalmente, se dedica a cortar la madera y el aluminio en trozos, de acuerdo a las medidas que se requieran para recubrir las imágenes.

La madre de familia es la única mujer del taller.Jimmy Negrete / EXTRA

Su concentración es total, no parpadea cuando los dientes de la cortadora penetran la materia prima. Pero a ratos en su rostro se pinta una sonrisa, cada vez que algún trabajador lanza una broma.

LAS FELICITACIONES

Durante sus años de labores ha recibido comentarios de hombres sorprendidos, quienes se quedan contemplándola por su habilidad.

“Me dicen: ‘no habíamos visto a una mujer cortando’... ‘Ojalá mi esposa trabajara así’. Les llama la atención que haga este tipo de cosas, pero creo que cada una es capaz de desempeñar cualquier labor que se proponga. Es cuestión de estar decidida y tener voluntad para aprender”, comenta.

También se encarga de la promoción del taller a través de redes sociales. Y no solo trata con los clientes, también toma los pedidos y negocia con los proveedores. El ‘verbo’ para los negocios también es su fuerte.

Aprovecha los días previos a las celebraciones de la Madre, del Amor y la Amistad, Navidad o la festividad de algún santo, pues en esas fechas llega harta ‘pipol’ a que le enmarquen diversos detalles.

En esos días todos andan en ‘corre-corre’. Ella, su ‘viejito’ y los ayudantes deben entregar todo a tiempo. La ‘magia’ en el taller sigue hasta las 22:00.

Su dedicación no solo radica en esa tradición familiar. También tiene su origen en el amor hacia uno de sus tres hijos.

El chico, de 25 años, desde hace 3 padece problemas respiratorios y requiere utilizar tanques de oxígeno. Un pulmón le funciona únicamente al 30 por ciento y es probable que necesite un trasplante.

Posa junto a su padre, Carlos, de quien aprendió.Jimmy Negrete / EXTRA

Al inicio de esa calamitosa situación, los gastos eran de 50 dólares diarios. Ahora un hospital les dona los tanques, pero siempre hace falta medicina.

Por su hijo y su pasión, Éricka seguirá con la herencia laboral de su padre, siendo la ‘señora’ de la marquetería en el barrio.