Santa Rosa de Sucumbíos la ‘visitaron’ tres veces los narcotraficantes en este año. No fue solo de pasada, sino que en todas esas ocasiones quedaron las evidencias de su presencia.

Las dos últimas fueron el 4 y 7 de marzo, cuando se hallaron dos hectáreas y media con cerca de 20 mil plantas de coca. Además, un pequeño laboratorio de procesamiento de droga. Todo fue destruido.

Pero el 14 de febrero quedó demostrado que desde esta parroquia del cantón sucumbiense de Cascales, el Ecuador estaría dando un nuevo salto en el negocio del narcotráfico internacional.

Miembros de la Brigada de Selva 19 Napo hallaron un cristalizadero –como se los conoce en Colombia–. Fue construido para que albergara algunas de las fases principales para el procesamiento de droga, detalló Amílcar Alvear, comandante de la Brigada.

El laboratorio era tan grande que guardaba 14 hornos microondas para secar la droga, seis hornos a presión, 2.815 galones de acetona, 50 galones de gasolina blanca, gran cantidad de tanques para poner precursores químicos, generadores de luz y demás insumos.

“Incluso se estaban prensando los bloques de droga para sacarlos a la venta. Esto estaba asentado en un área de 800 metros cuadrados”, indicó el oficial.

Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército, precisó que en este punto del procesamiento, el producto tiene un costo más alto. Por eso, el hallazgo en Sucumbíos es un reciente eslabón en la cadena del negocio ilícito en el que nuestro territorio se está ubicando. Según el exoficial, los narcos están entrando a otro estatus.

— ¿En qué consiste el papel actual de Ecuador en el narcotráfico?

Pazmiño aseguró que “está mutando a un nivel de procesamiento de la cocaína”. Algo que antes no era tan común.

Entre los motivos para que suceda, según el exmilitar, están las presiones que tienen los narcos mexicanos en territorio colombiano. En ese país, hay fuerzas de tareas del Ejército específicas que combaten a los carteles, obligándolos a desplazarse a zonas más recónditas o a Ecuador.

Las facilidades

El ‘complejo’ narco de Sucumbíos se encontraba a pocos kilómetros de la frontera con Colombia. Según la pericias militares, se estima que se cristalizaba cerca de una tonelada por semana de pasta base de cocaína a clorhidrato de cocaína.

Además, los criminales habían adecuado en la casa de madera con techo de zinc y paredes de plástico espacios para descansar. Asimismo tenían cocina para preparar su comida y también letrinas cavadas en el suelo. Sin embargo, no hubo ningún detenido.

Según Érick Benítez, subdirector de Investigación Antidrogas de la Policía de Ecuador, las organizaciones delictivas buscan este tipo de lugares por las condiciones geográficas favorables para este negocio. También por la facilidad para abastecerse de insumos, tanto químicos y electrónicos.

Pero insistió en que estos hallazgos no demuestran que Ecuador haya cambiado su papel en el narcotráfico o que se convirtió en un productor de droga. “La producción comienza desde la siembra como se hace en Colombia. En nuestro país no hay plantaciones de coca de grandes extensiones”.

— ¿Y los sembríos de coca encontrados en la Amazonía?

Benítez respondió que no son lo suficientemente grandes como para producir una gran cantidad de cocaína. “De una hectárea se saca, al menos, un kilo de la droga”.

Lo que sí reconoció el oficial de la Policía es que los alcaloides continúan ingresando a suelo ecuatoriano por los pasos ilegales de frontera norte. Alrededor de 70 los que han sido identificados, pero serían más.

Luego se busca un lugar de receptación que generalmente están en las provincias de Manabí, Guayas, Esmeraldas, Santa Elena, El Oro y Los Ríos. Más tarde, al reunir una gran cantidad de la sustancia, se contacta a personas que saquen la droga.

Se lo hace por vía marítima a través de lanchas rápidas hasta los llamados barcos nodrizas. O sino por vía aérea, en las avionetas que vienen desde México generalmente con dos personas, precisó Benítez.

Según la Dirección Nacional de Investigación Antidrogas, desde 2003 se han encontrado 27 narcoavionetas (23 llevaban droga) hasta 2021. En ese mismo período se han hallado 32 narcopistas de las cuales 14 fueron controladas por la entidad aérea.

Además, todo este movimiento se ha dado en el perfil costanero del país. Esto porque es el más óptimo para sobrevolar, ya que las aeronaves solamente pueden elevarse hasta los 5.000 metros (algo que no podrían conseguir si viajaran a la Sierra).

Sin un combate claro

Para César Carrión, asambleísta de la Comisión de Soberanía y Relaciones Internacionales, los resultados en cuanto a destrucción de laboratorios, hallazgos de avionetas y pistas son la muestra de que el narcotráfico se descontroló en Ecuador. El legislador coincidió con Pazmiño en afirmar que el país está entrando a un nuevo nivel en este negocio.

Explicó que es evidente la falta de organismos de Inteligencia que permitan la detección temprana de sitios usados para el procesamiento de la droga, su transporte y salida.

Carrión dijo que si la legislación ecuatoriana sigue siendo permisiva, el país irá cambiando de niveles en el narcotráfico al punto de un descontrol total.

Daniel Guevara, subcomandante de Policía de Sucumbíos, explicó que el proceso de paz con la guerrilla hizo que proliferaran los comandos de frontera norte y otros grupos de disidentes que ahora siembran y producen droga. A la par cuentan con el armamento que no les fue retirado y dan seguridad a sus laboratorios.

Por eso, algunos hallazgos en la zona limítrofe con Colombia han sido pertrechos de utilización militar. El año pasado, el Ejército encontró una gran cantidad de armamento como lanzagranadas, fusiles, municiones, alimentadoras de armas largas, pólvora, trampas explosivas.

Esmeraldas sufre por la droga

Antes de los dos hallazgos de plantaciones en Sucumbíos, en marzo pasado, los militares de San Lorenzo, en Esmeraldas, también localizaron un cristalizadero.

Solo que este tenía una extensión menor, pero con funciones similares al que había en Santa Rosa. Según el Ejército, el punto fue ubicado en una zona llamada Labores Agrícolas.

Para llegar al sitio, cercano a Colombia, se tiene que utilizar un helicóptero. Luego se debe caminar al menos 30 minutos.

Los militares estimaban que en el laboratorio trabajaban entre 30 a 40 personas y al mes, al parecer, se procesaba un estimado de tres a cuatro toneladas de la sustancia.