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El animalito llevaba al menos una semana perdida en el Carihuairazo.Cortesía

Chimborazo: La historia de una perrita botada a más de 4 mil metros de altura

Un grupo de montañistas hicieron una excursión cuando encontraron al animalito. Le contamos en qué terminó todo

Andrés Bonilla es un montañista que vive en Guaranda (Bolívar) y durante una excursión no se imaginó que viviría una experiencia que tocaría su alma. Todo empezó cuando él se enteró que un grupo de montaña de Riobamba (Chimborazo) tenía previsto hacer un ascenso al volcán Carihuairazo

Como le quedaba cerca, optó por unirse a esa expedición. Andrés viajó con su hermano y otro amigo desde las 07:00 del 2 de febrero.

Los amigos caminaron durante tres horas con dirección a la denominada laguna congelada y en el trayecto se encontraron con otro grupo de excursionistas que viajaron desde Quito. “Nos percatamos que llevaban cargando a una perrita y pensé que era de ellos”.

Pero la historia estaba muy alejada de la realidad. Aquel animalito fue localizado en la cumbre Josefina del Carihuairazo, lo que llamó la atención de los montañistas.

Por más que buscaron personas a su alrededor, no lograron encontrar a quien podría ser el dueño de esa can. En ese instante notaron que la perrita se encontraba sola a una altura de cerca de 5000 metros sobre el nivel del mar.

La perrita fue adoptada tras el descenso del Carihuairazo

Los montañistas improvisaron una camilla para bajar a la perrita desde el Carihuairazo.Cortesía

Los montañistas la revisaron y notaron que estaba prácticamente en huesos, lo que les dio pistas que de llevaba, al menos, una semana sin comer. “Lo que pensamos fue que posiblemente siguió a alguien pero por la altura perdió el rastro y se extravió”, detalló Leonardo Villavicencio, miembro del grupo Samay Caminantes que fue desde la Carita de Dios.

Los excursionistas se detuvieron en esa punta montañosa y decidieron socorrer a la perrita que se notaba completamente desorientada e incluso con el riesgo de perder la vida.

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Todos se pusieron de acuerdo y colaboraron un panes, galletas, sánduches y el refrigerio que llevaron para sortear el hambre producto del cansancio. Pese a la comida, el animalito no podía mantenerse en pie, imagen que ‘desgarró’ a los integrantes de ambos grupos y decidieron trasladarla como a una persona enferma.

Todos improvisaron una con dos bastones de andinismo y una chompa. Fue así que emprendieron el descenso y Andrés decidió adoptar al animalito. La bautizaron como Cari (diminutivo de Carihuairazo) y Josefina por el nombre del lugar donde la encontraron.

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