Desde septiembre de 2024, Ecuador ha atravesado una de las crisis energéticas más graves de su historia reciente, con apagones diarios que han impactado tanto a la población como a los negocios y servicios. El presidente Daniel Noboa informó que este problema llegará a su fin el 20 de diciembre, lo que significará un total de 93 días de cortes de energía. Pero, ¿qué sucedió durante este tiempo y cómo consiguió el país avanzar hacia una solución?

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La raíz del problema radica en una serie de factores combinados. Una sequía prolongada ha disminuido los niveles de los embalses que abastecen las principales hidroeléctricas del país, como Paute y Mazar. A esto se le suma la falta de mantenimiento en las centrales termoeléctricas y una deficiente planificación energética por parte de los gobiernos anteriores.

De acuerdo con Noboa, este deterioro estructural es consecuencia del "olvido y la corrupción" de administraciones pasadas, lo que dejó al sistema eléctrico nacional en una situación vulnerable.

Los apagones y su impacto en la economía

Los apagones han tenido un impacto negativo significativo en la economía. Dos de cada tres empresas señalaron tener escasa capacidad para reaccionar ante estas interrupciones, mientras que sectores como la pequeña y mediana empresa sufrieron pérdidas millonarias. Además, los cortes causaron tensiones sociales, trastornos en la vida diaria de los ciudadanos y afectaron los servicios esenciales, como los hospitales y el transporte público.

Acciones del Gobierno ante la crisis

El Gobierno ha tomado varias medidas para abordar esta crisis, entre las cuales destacan:

• Incorporación de nueva generación eléctrica: Se añadieron 696 MW al sistema, incluyendo energía térmica y proyectos como Toachi Pilatón, que aporta 204 MW. Además, se reactivaron plantas termoeléctricas clave.
• Importación de energía: A través de acuerdos con Colombia, se compró energía para suplir el déficit interno.
• Mejoras en las condiciones hídricas: Las lluvias recientes ayudaron a recuperar parcialmente los niveles de los embalses.
• Inversiones a futuro: El gobierno firmó contratos para incrementar la capacidad de generación en los próximos meses, aunque muchos de estos proyectos no estarán operativos de inmediato.

Según lo prometido por Noboa, el 20 de diciembre se pondrá fin a los cortes de luz gracias a una combinación de esfuerzos en generación eléctrica, importación de energía y mejoras climáticas. Sin embargo, expertos han señalado que esta solución podría ser temporal si no se implementa una estrategia integral a largo plazo.

La crisis energética de Ecuador ha dejado lecciones clave sobre la importancia de una gestión eficiente, el mantenimiento adecuado de infraestructuras críticas y una planificación efectiva frente al cambio climático. Ahora, el país se enfrenta al desafío de asegurar un suministro eléctrico sostenible y confiable en el futuro.

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