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Presunto femicidio en Quito: “No dejes que te quite la vida”
Johanna Guayguacundo fue asesinada aun cuando tenía una boleta de auxilio. El presunto femicida de la periodista la habría acosado desde hace tiempo, por lo que sus allegados temían por su vida.
Diana Arias, la mejor amiga de Johanna Guayguacundo, presumiblemente asesinada por su exnovio, recuerda que el último mensaje que le envió fue para preguntarle si estaba bien. Nunca contestó.
La hallaron muerta, y con signos de violencia, en San Juan de Calderón, norte de Quito, el 2 de febrero.
Llora al recordarla, pues con ella cursó los cuatro años de carrera en la Universidad Central, ambas se graduaron de periodistas y tenían un sueño: “tener un medio de comunicación alternativo” para extender su discurso feminista.
“Justo antes de su asesinato hicimos la planificación de tres meses”, dice Diana mientras termina de escribir la frase ‘Justicia para Johu’, porque así le gustaba que la llamaran.
El delito
Diana, otros amigos y la familia de Johanna empezaron a hacer plantones para exigir justicia, a pesar de que Carlos Escudero, el exnovio, ya cumple prisión preventiva por 30 días. La Fiscalía está llevando el caso como femicidio.
En la audiencia de calificación de flagrancia la entidad presentó los vídeos donde Escudero aparentemente deja el lugar a bordo de una motocicleta.
Iván Naranjo, jefe de la Unidad de Muertes Violentas de Quito, contó a EXTRA que existen fotos, vídeos y ropa que están siendo analizados, pues “las prendas de vestir de la persona que ingresa al lugar de los hechos serían del detenido”.
También confirmó que en la autopsia se reveló que Johanna murió debido a asfixia por estrangulación.
Preocupación
Anita Guayguacundo, hermana mayor de la víctima, también recuerda que Johu era un alma caritativa que “siempre te recibía con una sonrisa en la cara”.
La familia estaba preocupada con la relación que tenía la periodista con Escudero. “Ella intentó alejarse muchas veces. Pidió ayuda”, comenta.
Diana está indignada, pues en 2018 su amiga sufrió violencia física de parte del sospechoso y hace unos meses también violencia psicológica. “No nos quisieron aceptar la denuncia, dijeron que no se haga la fuerte”, comenta.
“Ella murió con la boleta en el bolso como muchas otras mujeres víctimas de violencia”, reitera Diana.
“Por eso siempre le preguntaba si llegaba bien a casa o cuando podía la acompañaba, pues el hombre ya habría estado persiguiéndola desde hace tiempo. La última vez que la vi solo le dije que no deje que le quite la vida”, concluye.