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Debates electorales: alimento para el ‘circo’ político
La apatía de la población frente a la política y a los procesos electorales aumentó, según expertos. Sin propuestas, muestras de extravagancias y ataques mutuos fueron los ‘platos’ principales.
Desazón. Es la sensación que ha quedado en los ciudadanos luego de 17 debates de los candidatos a prefectos a nivel nacional.
Duraron al menos tres horas, en las que los contendores se dedicaron, sobre todo, a atacarse y a promocionar sus candidaturas en lugar de hablar de sus propuestas.
César Barthelotti, analista y consultor político, comentó que el resultado de estos eventos, sobre todo en Pichincha y Guayas, es que la población reforzó su imaginario de que “la política es un circo”.
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Empezando por la modalidad, para el experto no fue una buena propuesta. “No hubo contrarréplicas, ni contraposición de ideas. Eso no fue un debate, sino una suerte de conversatorio”.
LO BUENO
Según los expertos, la parte positiva es que se generen espacios para el debate, aun con sus falencias que podrían pulirse con la práctica.
Además de que sí se pudo evidenciar que unos pocos sí “hicieron los deberes”, al conocer su plan de trabajo. Así también entregaron, en el caso de Andrés Castillo, la información a la ciudadanía de dónde pueden encontrar sus propuestas fuera del debate.
Para Jorge Peñafiel, también analista político, el dividir a los candidatos en dos grupos dividió también la percepción del electorado. “No se mostró una interacción real, por lo tanto, lo que se vio no se ajusta a la realidad”, explicó.
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Esto, además, hizo que la segunda parte se torne cansona y de poco interés para los ciudadanos.
DE LLORAR
La parte logística se sumó a la “poca calidad” de las intervenciones de los candidatos. Las ‘perlas’ que se mandaron incluso trascendieron a los ingeniosos memes de las redes sociales.
LO MALO
La falta de preparación de la mayoría de los candidatos, así como la evidencia de que no tienen consultorías que los preparen para argumentar de manera lógica.
Así como aprovechar un espacio público para promocionar sus candidaturas en lugar de explicar sus planes de trabajo.
También, a decir de los expertos, todo se centró en el ataque a quienes buscan la reelección y basar los argumentos en enfrentamientos ideológicos.
Como el ‘ninguneo’ de Susana González a Francesco Tabacchi. “No tengo nada que preguntarle, porque él no ha hecho nada por la provincia”, dijo la candidata socialcristiana, cuando le tocaba increparlo en 15 segundos.
“Con eso Susana reveló que no tiene credenciales y que quizá no fue la mejor opción de ese partido”, analizó Barthelotti.
Otra de las ‘joyas’ del debate para Peñafiel fue la confrontación ideológica entre Eduardo del Pozo (CREO) y Paola Pabón de la Revolución Ciudadana.
Así como el acto de Héctor Vanegas (Mover) con la leyenda de “fuera la 6” y tener un porro de marihuana, aunque dijo ser simulación. “Es claro que es la personalidad extravagante del candidato, pero no era el lugar”, insistió Peñafiel.
LO FEO
El resultado de todo el proceso electoral como la apatía de la ciudadanía frente a la política, lo que conlleva aún más a la desinformación.
Barthelotti explicó que deviene en la escasa formación de las militancias, por lo que los ‘camisetazos’ no cesarán.
Para Peñafiel, lo feo es que los candidatos mostraron desconocimiento de la realidad de las provincias, haciendo promesas incluso fuera de sus competencias.
La confrontación ideológica y la puesta ‘contra las cuerdas’ de las prefectas que buscan la reelección fue lo más relevante de los debates. Tampoco se evidenció que la mayoría de candidatos haya hecho o, al menos leído, su propio plan de trabajo. “Son pocas las excepciones de quienes hicieron la tarea: Andrés Castillo, Eduardo del Pozo y Cecilia Jaramillo en Pichincha. En Guayas se pudo ver a Gushmer y a Tabacchi con una buena posición”, explicó Barthelotti.