“No sabíamos si los íbamos a volver a ver. Cada minuto se sentía como una eternidad. La angustia y el miedo eran insoportables”. Así resumió un familiar de Pedro Pablo Perlaza la angustia que vivieron desde el pasado lunes 2 de diciembre, cuando el futbolista fue secuestrado en Esmeraldas.

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Pero este episodio de terror acabó la noche del miércoles, cuando la Lisa, como es conocido el jugador, que ha militado en Delfín, Barcelona, Liga y Aucas, fue liberado por agentes policiales.

La operación, ejecutada por uniformados especiales de la Unase, se desarrolló en una zona montañosa de difícil acceso, donde las víctimas fueron localizadas en una rústica casa de madera custodiada por aproximadamente 15 hombres armados.

La búsqueda de Perlaza y su amigo José Luis Morales se centró en una propiedad aislada, tras seguir la ruta del vehículo de los secuestradores mediante cámaras de seguridad.

Los drones utilizados por la policía fueron fundamentales para identificar la ubicación exacta de los cautivos.

Desde el lugar del secuestro, en la intersección de Manuela Cañizares y Pedro Vicente Maldonado, hasta la zona del rescate, se requiere un viaje de aproximadamente dos horas en vehículo por una vía de tercer orden. Aparte de eso, llegar a la casa requiere media hora de caminata a través de un terreno montañoso.

Perlaza, al ser rescatado, narró la difícil experiencia que vivió. “Eran como 15 montañas”, expresó con voz temblorosa. Su estado físico era preocupante: llegó cojeando, con un corte en la cabeza y un golpe en la pierna, resultado de la tortura a la que había sido sometido por sus captores.

Angustia se acabó y dio paso al alivio

La noticia del rescate generó una ola de emoción entre los familiares de Perlaza y Morales, quienes esperaron ansiosos en los exteriores del Comando de Policía a los rescatados.

Al ver llegar a las víctimas a bordo de una camioneta ploma de la Policía Nacional, estallaron en gritos y aplausos. “Estoy muy emocionado, no hemos comido nada. Gracias a la Unase por sacarnos de donde estábamos metidos. Estamos con vida, que es lo importante”, dijo Perlaza, visiblemente afectado pero agradecido.

Las primeras investigaciones apuntan a que los secuestradores pertenecen a la banda criminal conocida como Los Tiguerones, que opera en la región. Según el gobernador de Esmeraldas, Javier Buitrón, la intención de los captores era solicitar un rescate de 80.000 dólares.

“La policía se encuentra en territorio buscando a los responsables de este secuestro”, afirmó Buitrón, quien también destacó la importancia de la colaboración ciudadana en la lucha contra el crimen.

Agentes se fueron 'de plomo' con secuestradores

“Cuando recibimos la noticia, todo cambió. La esperanza regresó a nuestras vidas. No hay palabras para describir el miedo que sentimos. Solo queríamos que volvieran a casa”, dijo otro allegado al futbolista.

Según el coronel Diego Velasteguí, comandante de la Policía del Distrito Esmeraldas, Perlaza y Morales fueron hallados maniatados dentro de la casa de madera. La intervención no fue sencilla, pues los agentes enfrentaron disparos al llegar al lugar y respondieron al ataque, lo que obligó a los secuestradores a huir.

Pese a que la operación fue exitosa en la liberación de las víctimas, ninguno de los captores fue detenido.