El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, no se guardó nada al referirse a su compleja relación con la vicepresidenta Verónica Abad. Durante una entrevista con Radio Centro, fue consultado sobre la posibilidad de mejorar la relación con Abad y si ella podría asumir la Presidencia mientras él realiza su campaña para la segunda vuelta electoral. Su respuesta fue tajante:

"Pregúntele a ella por qué no enseñó la papeleta por quién votó de Presidenta. Y ahí tendrá su respuesta. Ahí está la respuesta completa de cómo se va a comportar ella en la segunda vuelta", declaró Noboa, dejando claro que la desconfianza sigue marcando su relación con Abad.

El episodio que quebró la confianza

Noboa no solo cuestionó la falta de claridad de Abad sobre su voto en las elecciones, sino que también recordó un hecho que, según él, dañó de forma irreparable su confianza en ella:

Estas declaraciones reflejan un distanciamiento que no es nuevo, pero que ahora toma un carácter público en medio de la campaña por la reelección de Noboa.

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La carta de Abad: ¿reconciliación o estrategia?

Antes de la primera vuelta electoral, Verónica Abad intentó un acercamiento enviando una carta a Noboa. En el documento, reconocía su autoridad y pedía abrir una mesa de diálogo con la presencia de autoridades religiosas y representantes internacionales.

"Mi anhelo, a través de esta carta, es hacer un llamado a la unidad nacional y nuestra reconciliación como líderes, no por nosotros, sino por la obligación que tenemos ante los ciudadanos y el amor a esta nación", escribió Abad, en un intento por suavizar las tensiones.

Además, destacó haber cumplido con las tareas que le asignó Noboa, incluyendo su rol como embajadora por la paz en conflictos internacionales. Sin embargo, también solicitó garantías para su nuevo destino diplomático en Turquía.

De la campaña a la desconfianza

El distanciamiento entre Noboa y Abad ha sido evidente desde el inicio de su gobierno. Aunque fueron parte de la misma fórmula presidencial, las diferencias ideológicas y políticas se han profundizado con el tiempo.

Ahora, en plena campaña para la reelección, las tensiones entre el presidente y la vicepresidenta están lejos de resolverse. Las declaraciones de Noboa dejan claro que la confianza está rota y que, más allá de los gestos públicos, la relación entre ambos sigue marcada por la desconfianza.

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