Desde el 23 de septiembre de 2024, los cortes de energía que afectaron a Ecuador se convirtieron en una crisis nacional. Los casi tres meses de interrupciones continuas en el suministro eléctrico incomodaron a más de 17 millones de ecuatorianos, causando serias dificultades en los hogares, comercios, industrias y servicios públicos. El pasado 10 de diciembre, el presidente Daniel Noboa anunció que los apagones cesarían oficialmente a partir del 20 de diciembre de 2024, es decir, sí, este viernes.

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Aunque el anuncio presidencial ha traído algo de alivio, hay ecuatorianos que se preguntan si la medida se cumplirá tal como fue prometida. Durante los meses previos, el gobierno fue modificando constantemente los horarios y la duración de los cortes. A pesar de este panorama, el 20 de diciembre se presenta como una fecha clave para el retorno a la normalidad, o al menos, a una mejora significativa en el suministro eléctrico.

Los apagones comenzaron en septiembre como un intento de evitar mayores consecuencias económicas. Sin embargo, la situación empeoró rápidamente, y los cortes se extendieron a lo largo de los meses siguientes, llegando a afectar actividades productivas e incluso el bienestar de los ciudadanos. En total, los cortes se prolongaron durante 88 días, afectando gravemente a sectores como la agricultura, el comercio y la industria.

¿Es el fin de los apagones diarios?

El 20 de diciembre se había anticipado como la fecha en que la crisis energética comenzaría a resolverse. Según el presidente Noboa, el restablecimiento de la energía marcaría el fin de los apagones diarios. Sin embargo, el país aún enfrenta problemas estructurales de seguridad energética. De hecho, aunque los apagones residenciales cesarán, algunas industrias, como las acerías, las mineras y las cementeras, continuarán sin suministro eléctrico en ciertas franjas horarias, lo que podría generar nuevos desafíos para la economía nacional.

A pesar de los esfuerzos del gobierno y de las autoridades del sector energético, la crisis no ha terminado por completo. Si bien las interrupciones en las viviendas cesarán, el suministro en las grandes industrias se mantendrá reducido para priorizar el consumo doméstico. La ministra de Energía y Minas, Inés Manzano, explicó que la desconexión de estas industrias permitirá asegurar el bienestar de los ciudadanos, aunque la situación sigue siendo delicada.

El régimen de Noboa ha intentado paliar las afectaciones con ciertas compensaciones en las planillas del servicio eléctrico.

La población, por su parte, se prepara para un esperado regreso a la normalidad, coincidiendo con las festividades de Navidad y Año Nuevo, momentos en los que esperan reactivar sus economías golpeadas por meses de incertidumbre. No obstante, persiste la preocupación de que la crisis energética podría resurgir en 2025, lo que mantiene en vilo a los ecuatorianos.

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