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Los protestantes no respetan el distanciamiento social durante las medidas de hecho.Angelo chamba

Coronavirus: ¡Los montoneros son los peligrosos!

Mercados y las protestas son una ‘bomba de tiempo’. El irrespeto de la medida de distanciamiento podría provocar una nueva ola de contagios en Quito.

Ximena Acurio espera en una larga fila para ingresar al mercado de Las Cuadras, en el sur de Quito. Lleva cerca de 10 minutos y la gente no avanza. En la puerta del centro de abasto, un guardia grita que pasen en grupos de 10 personas.

De pronto, los compradores se ‘amotinan’ en la entrada y exigen pasar. Ximena empuja a la gente para retirarse del lugar porque tiene miedo de que alguno de ellos esté contagiado con COVID-19.

La mayoría de aglomeraciones que se registra en la capital, desde que se levantó el estado de excepción, se generó en las afueras de los mercados y durante las protestas.

Según las cifras del ECU-911, desde el 12 de marzo hasta el 29 de septiembre de 2020 se registraron 65.839 alertas de este tipo, a escala nacional. En la capital se presentaron 15.142 aglomeraciones, lo que representa el 23 por ciento del total.

Ante esta realidad, la comunidad médica está preocupada porque podría existir un nuevo rebrote del virus en Quito que no se pueda controlar si no se refuerzan las medidas de bioseguridad en estos lugares.

Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha (CMP), señaló que este tipo de aglomeraciones potenciaría el nivel de transmisibilidad del coronavirus porque, tanto en las marchas como afuera de los mercados, la gente grita sin mascarilla y no respeta el distanciamiento social de dos metros.

Hay personas que gritan sin mascarilla. Esto es peligroso para la gente de alrededor.Angelo chamba
Tengo una verdulería en el sector. Yo no atiendo cuando las personas se amontonan en mi negocio.Bryan Grefa

La tarde del pasado jueves, José Llumiquinga fue al Centro Histórico para protestar contra el Gobierno por los despidos que se han generado en los últimos meses en los sectores público y privado. 

El joven universitario fue con mascarilla y llevó alcohol para protegerse del virus. Caminó desde la avenida 10 de Agosto hasta la calle Guayaquil cargando una pancarta. Al llegar a una cuadra cerca de Carondelet, la marcha se detuvo y las personas se aglomeraron. Otro joven rociaba amonio cuaternario para que, de alguna forma, se ‘purifique’ la zona.

Desde que culminó el estado de excepción hasta finales de septiembre hubo 104 protestas en el país.

Sin embargo, para el doctor Álvarez, esta medida no sirve de nada porque si los protestantes gritan sus consignas sin mascarilla ponen en peligro a decenas de personas. Según el médico, el riesgo de contagio se incrementa porque la boca se convierte en un aerosol. “Los gritos provocan que las partículas lleguen más lejos y con más cantidad de virus”, explicó.

El Centro Histórico es la parroquia urbana que presentó más aglomeraciones en la última quincena. En total fueron 31, lo que representa el 7,6 por ciento. Le siguen las parroquias de Guamaní, con 27 eventos de este tipo, y El Mirador, con 22. En toda la capital hubo 406 alertas de ‘montoneros’.

A Bryan Grefa y a su familia le afectó económicamente la paralización de actividades durante la pandemia. Por eso, el joven se puso una tienda de verduras para ganar dinero. Él vive en Cotocollao, al norte de la capital, parroquia que registró 11 aglomeraciones en las últimas dos semanas. Grefa contó que sus vecinos no respetan el distanciamiento y en ocasiones no los atiende si en su local entran más de tres clientes.