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La conmovedora historia de la mujer que busca a su madre: las separaron hace 59 años

Mujer busca a su progenitora, de quien la separaron a los 3 días de nacida. En Santa Ana, Manabí, conoció a una hermana que no sabía que existía

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Gladys Torres tiene una serie de documentos relacionados con su madre, de quien la separaron a los 3 días de nacida.Vicente Tagle / EXTRA

El martes 23 de marzo de 1965, en la maternidad Enrique C. Sotomayor, de Guayaquil, a sus 18 años Glady Yolanda Zambrano daba a luz a una hermosa niña. Salió blanquita, como ella. La alimentó y le dio calor los primeros tres días. Pero luego, madre e hija no se volvieron a ver nunca más.

“Dicen que mi papá me sacó de la maternidad y llegó al barrio donde vivía conmigo en los brazos. Cuando la gente le preguntó por mi mamá, les dijo que había muerto”, cuenta hoy, 59 años después, Gladys Yolanda Torres Zambrano, aquella niña que creció sin conocer a quien la trajo al mundo.

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Y es que en la búsqueda de Glady, la mamá, su hija Gladys ha invertido varios años y mucho esfuerzo. Y en el trayecto, se ha encontrado con un montón de sorpresas y algunas desilusiones, pero eso no la ha frenado.

La mujer guarda entre sus carpetas unos cuantos documentos sobre su progenitora y una foto de ella cuando tenía 35 años de edad, obtenida de una cédula emitida en 1982, con la que insiste en hallar alguna pista, detalles, localización o alguien que la conozca y le dé datos sobre ella.

Su papá se la dejó a vecina

En su afanosa búsqueda, Gladys visitó EXTRA para dar a conocer su historia, que relata paso a paso, desde que era una niña. Todo empieza cuando su padre, Gelasio Torres Santistevan (ya fallecido) la llevó, apenas a los tres días de nacida, a la casa donde él residía, en Letamendi y la 17, suroeste de Guayaquil.

No habla mal de él. Al contrario, cuenta que apenas lo conoció, “porque me dicen los vecinos de ese barrio que el mismo día que me llevó, en la noche me dejó sola”. A los pocos días, según sus averiguaciones, el hombre se la entregó a una vecina, Eusebia María Vallejo Naranjo, quien la crio.

A Eusebia Vallejo, la muje que la crió con su familia, siempre la llamó tía, porque en la casa había hartos sobrinos de ella, pero fue como su madre.

Al hombre no volvió a verlo sino cuando tenía unos 20 años, cuando se acercó a ella y le dijo que era su papá. Nada más. Los años pasaron, estudió, se graduó, se casó y a pesar de vivir agradecida con su nueva familia, en Gladys siempre existió esa duda por conocer a la mujer que la parió.

En el 2000 le avisaron de la muerte de su padre, ocurrida en mayo de 1998. Según le contaron, el día de la sepultura, hasta el cementerio Ángel María Canals, de Guayaquil, llegó una mujer que nadie conocía. 

Era una señora alta, blanca, cabello no muy largo. Se acercó al ataúd y, dicen, entre gritos comenzó a reclamarle al muerto: “¡Desgraciado, te moriste y nunca me dijiste dónde estaba mi hija!”.

De lo que se sabe, un hermano del fallecido al parecer la conocía, la tomó de un brazo y la sacó del lugar. “Yo creo que era mi mamá”, dice Gladys sobre ese episodio.

Tiene una hermana

Todo lo que había ocurrido la impulsó más a seguir el caso. De la maternidad obtuvo su registro de nacida viva, pero no existe documento alguno que certifique que doña Glady falleció, como le contó su padre a sus vecinos hace 59 años. Por eso, hace unos ocho años Gladys le ‘puso el acelerador’ a su búsqueda.

En esa tarea, ha obtenido varios documentos, conocido familiares y hasta una hermana de madre. Eso ocurrió cuando en 2021 recibió una llamada de la Dinased en la que le preguntaron si conocía a Glady Yolanda Zambrano, que había sido reportada como desaparecida por Gladys Lastenia Cevallos Zambrano, en Santa Ana, Manabí. Entonces recién se enteraba de que tenía una hermana. 

Incluso, por sus investigaciones se enteró de que cuando era menor de edad, su mamá Glady (que hoy tendría 77 años) habría sido entregada junto con una prima a Gelasio Torres, su papá, de quien dice “era un ruletero y andaba por los pueblos estafando a la gente".

Cuenta que, según esos relatos, "él la trajo a Guayaquil a trabajar y cuando se enteró de que estaba embarazada la metió en un cuarto, hasta un día en que él estaba de viaje y los vecinos la llevaron a la maternidad. Cuando regresó me separó de ella y la hizo pasar por muerta”, explica.

Es la historia de una hija que no busca reprochar ni cuestionar nada a su madre, sino conocerla, saber la verdad de todo, abrazarla, compartir a su familia con ella... volver a ser madre e hija mucho más que solo tres días.

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