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Cocinas de inducción del Gobierno se comercializan en redes: ¿en cuánto las venden?
El gobierno regala cocinas de inducción en Ecuador, pero estas son revendidas a través de redes sociales. Sepa qué está pasando
Las cocinas de inducción, que fueron destinadas a beneficiar a 80.000 familias ecuatorianas de bajos recursos, están siendo redirigidas de manera inesperada hacia el mercado informal en redes sociales. Lo que originalmente debía ser una herramienta para aliviar la situación económica de los más necesitados, ahora se comercializa en plataformas digitales como Facebook Marketplace, donde se venden a precios significativamente más bajos que los del mercado formal.
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Estas cocinas, proporcionadas por el gobierno de Daniel Noboa, fueron adquiridas por el Estado ecuatoriano en 2014 durante el mandato de Rafael Correa, y entregadas desde el 18 de diciembre de 2024 como parte de un programa del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Según informó Diario EXTRA, estos dispositivos están siendo vendidos a precios que varían entre $50 y $100 en ciudades como Guayaquil y Durán, mientras que en Quito se han encontrado anuncios ofreciendo las cocinas por hasta $150.
El comercio digital de las cocinas subsidiadas
En publicaciones visibles en Marketplace, se están ofreciendo cocinas de inducción de la marca Midea, específicamente el modelo MC-IF4016B2S-A1, que originalmente fueron distribuidas como donaciones por el gobierno de Daniel Noboa. Una persona de Durán le aseguró a Diario EXTRA que adquirió una de estas cocinas a través de una rifa, y no como parte del programa de beneficiarios.
El precio de estas cocinas en redes sociales es considerablemente más bajo que el de los comercios, donde el valor promedio es de $400, lo que ha generado interrogantes sobre su origen y el control del gobierno sobre el programa.
Además, las entregas de las cocinas de inducción se dan en un contexto de crisis eléctrica en el país. El uso de las 80.000 cocinas adicionales generaría un consumo de 320 MW (megavatios) dentro del Sistema Nacional Interconectado, una demanda que no es completamente cubierta por las tres barcazas turcas que llegaron al país, de las cuales aún falta que una entre en funcionamiento.
El MIES, encargado de coordinar las entregas en conjunto con la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), aún no ha hecho declaraciones sobre la venta de estas cocinas en redes sociales.
No obstante, en un comunicado de diciembre de 2024, la ministra Zaida Rovira justificó las donaciones al señalar que estas eran necesarias para evitar que los equipos, almacenados por más de una década, se deterioraran completamente. Además, la ministra resaltó que esta acción también tenía el objetivo de promover un "desarrollo económico sostenible".
Venta de cocinas de inducción entregadas
Las cocinas de inducción, que fueron entregadas gratuitamente por el Gobierno, están siendo revendidas a precios que van desde los $50 hasta los $100 en ciudades como Guayaquil y Durán. En Quito, se han registrado publicaciones donde estos artefactos se ofrecen incluso por hasta $150.
CNE abrió expedientes por entrega de cocinas por parte de candidatos
La entrega de estas cocinas ha tomado un giro político. El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha iniciado investigaciones sobre varios candidatos a la Asamblea Nacional que habrían distribuido estas cocinas como parte de sus campañas electorales.
En algunos videos publicados en redes sociales, se puede ver a candidatos a asambleístas por el movimiento ADN, como Yadira Bayas y Manuel Blacio, entregando las cocinas, lo que ha generado denuncias de abuso. Por otro lado, Ricardo Vanegas, candidato por Centro Democrático, presentó una denuncia ante la Contraloría General del Estado, señalando posibles casos de peculado en la distribución de estos artefactos.
La pregunta sigue siendo válida: ¿Cómo gestionará el Gobierno la venta y distribución de estos bienes para asegurar que cumplan con su propósito original? Por ahora, las redes sociales se mantienen como el principal espacio donde estas cocinas de inducción subsidiadas están cambiando de manos, revelando las debilidades de una iniciativa destinada a ayudar a los más vulnerables, pero que ahora enfrenta serias críticas y dudas sobre su efectividad.
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