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Catástrofes naturales: Pastores dicen que es un mensaje de Dios
Sismo, deslaves, aguajes, entre otros acontecimientos naturales, han puesto al país a temblar, o lo han 'inundado' de desesperación, pues no saben si se presentarán más sorpresas de esta índole
Primero fue un sismo de 6,5 grados en la escala de Richter, que el pasado 18 de marzo sacudió al país, en especial a las provincias de Azuay, El Oro y Guayas.
Luego se presentaron fuertes lluvias acompañadas de tormentas eléctricas en toda la zona costera. Y el 21 del mismo mes, la marea alta y un aguaje extraordinario se conjugaron para anegar las calles de Guayaquil.
Según Mónica Segovia, jefa del área de sismología e investigadora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, el fuerte temblor se dio por el movimiento de la placa oceánica, la misma que liberó energía.
La ciencia y los especialistas dan sus criterios. Sin embargo, pastores y la Palabra de Dios hablan sobre los últimos acontecimientos naturales que hacen que varios ecuatorianos se pregunten: ¿qué más puede pasar?
Y no se trata de ‘salazón’, sencillamente es el Señor hablando al hombre por sus acciones, a través de la naturaleza. No son meras casualidades, asegura el pastor Isaac Villamar.
“En el primer libro de la Biblia, Génesis, hay un claro ejemplo de lo que le pasó a una generación que hizo lo malo ante los ojos del Todopoderoso”, expresa el líder religioso.
“Vio Dios que la maldad de los hombres era mucha, se arrepintió de haberlos creado y le dolió el corazón”, pero mandó el diluvio que acabó con toda la humanidad, menos con Noé, su familia y los animales del arca.
CIUDADES DESTRUIDAS
Asimismo, Isaac sostiene que hubo ciudades que fueron castigadas por su crueldad y sus excesos en el cometimiento de pecados. Fue el caso de Sodoma y Gomorra, cuya destrucción fue a través de una lluvia de fuego.
Estas ciudades se caracterizaban por la soberbia, inmoralidades sexuales y vicios contra natura de sus habitantes, que se creían superiores a otros, eran indiferentes con los pobres, etc. “No se avergonzaban ni disimulaban sus pecados. Al contrario, se jactaban de ellos”, relata.
Otro ejemplo que menciona el pastor es la antigua ciudad de Nínive. Dios perdonó a una generación que se arrepintió de sus pecados en los días del profeta Jonás, quien fue a advertirles sobre el castigo que mandaría Dios si no lo hacían; sin embargo, tiempo después la ciudad fue destruida porque siguió con su maldad.
También menciona lo que dicen las Sagradas Escrituras en Números 16: 32: “Abrió la tierra su boca y los tragó a ellos, a sus casas, a todos sus bienes”. Villamar indica que eso fue resultado de un acto de rebeldía hacia la autoridad de Moisés.
Asimismo, cita el evangelio de Lucas 21: 25-26: “Habrá señales en el Sol, la Luna y las estrellas, y en la Tierra angustia de las gentes… desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán”.
Jesús hace dos mil años profetizó que ocurrirían eventos naturales, enfatiza Villamar, quien incita a que no olvidemos que Dios está por encima de todos.
EL ARREPENTIMIENTO
El pastor Tito Roggiero sostiene que lo que está pasando en la nación se replica en todo el mundo. Y eso se puede comprobar en Mateo 24.
“Allí se habla de la venida de Cristo, pero antes nos dará señales como terremotos, pestes, rumores de guerra, etc. Eso siempre ha habido, pero ahora se presenta con más frecuencia e intensidad. Hoy hay un terremoto en Ecuador, también en Pakistán, inundaciones en todo el planeta, la violencia está aumentando, mucho pecado. Dios le habla al hombre con la naturaleza”, asevera Roggiero.
“Está manifestando su ira por causa de la iniquidad. El ser humano se ha olvidado de Dios, aun los creyentes. Es una advertencia, es tiempo de buscar al Señor. Así nos digan religiosos, nos señalen y critiquen o aunque nos digan alarmistas, hablamos no para meter miedo, pero sí es necesario el temor reverente al Creador. Eso nos ayuda al arrepentimiento, a cambiar de actitud, a ir en la dirección de Dios”.
Roggiero no es meteorólogo, pero asevera que las últimas tormentas han sido inusuales, no solo por la lluvia, sino por el sonido de los truenos, los cuales hasta han hecho retumbar ventanas y paredes de viviendas.