La tranquilidad del cantón Naranjal fue brutalmente interrumpida por un atentado a tiros contra el juez Wilmer Geovanny Tapia Cabrera y una mujer que lo acompañaba. El ataque ocurrió mientras ambos desayunaban en un restaurante ubicado en las calles Tarqui y Bálsamos, alrededor de las 08:50 de la mañana, a pocos minutos de que el juez debía presentarse a una audiencia.

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Según fuentes policiales, dos individuos en una motocicleta se acercaron al establecimiento. Uno de ellos descendió del vehículo y, sin mediar palabra, abrió fuego contra Tapia y su acompañante. “El juez era el objetivo principal del ataque. La mujer que lo acompañaba fue una víctima colateral”, señaló un investigador de la Policía. La identidad de la mujer aún no ha sido revelada.

El juez Tapia, quien ejerce sus funciones en este cantón de la provincia del Guayas, recibió nueve impactos de bala, la mayoría en el brazo derecho, aunque afortunadamente ninguno comprometió órganos vitales. Por su parte, la mujer recibió siete impactos, uno de los cuales le cercenó un dedo de la mano derecha.

Ambas víctimas fueron trasladadas de urgencia a una casa de salud en Guayaquil, donde, a pesar de la gravedad del ataque, se encuentran estables, según los últimos reportes médicos.

Equipos de la Policía Nacional y de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased) se encuentran investigando el incidente para dar con los responsables. "Estamos analizando si el motivo del atentado está vinculado a la labor judicial del juez Tapia o si se trata de razones personales. No se descarta ninguna hipótesis", explicó otro agente policial.

Las armas utilizadas en el ataque fueron identificadas como revólveres, y las autoridades confirmaron que el atacante que disparó entró al local, mientras que su cómplice permaneció esperando en la motocicleta. Hasta el momento no hay detenidos.

Este atentado se suma a la preocupante escalada de violencia en Naranjal, donde se han registrado 148 muertes violentas en lo que va del año, un aumento de tres casos en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El ataque ha generado gran preocupación entre los habitantes del cantón, quienes sienten que la inseguridad sigue ganando terreno en una localidad que, hasta hace poco, disfrutaba de una relativa calma. Las autoridades se comprometieron a reforzar la seguridad en la zona mientras continúan las investigaciones.

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