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Reportaje
Plomo por sed de poder en Guayaquil
La mayoría de asesinatos ocurren por disputa de territorios. Los microtraficantes buscan el control de lo que llaman sus sectores, informa la Policía.
Los grupos criminales “buscan respeto” a través del amedrentamiento. Eso, en ocasiones, incluye asesinatos y se refleja en el incremento de las muertes violentas en el país, sobre todo en Guayaquil.
Para el comandante zonal de la Policía Nacional, general Víctor Aráus, el problema nace en la disputa por el control de ciertos sectores, denominados territorios por los traficantes de sustancias estupefacientes.
En estos lugares, los criminales manejan la venta ilícita de drogas y buscan someter a quienes habitan en ellos, con amenazas, para evitar que los denuncien o den información relevante a sus enemigos.
Desde abril, en el Puerto Principal, las muertes violentas han aumentado (ver infografía) y Aráus sostiene que existen grupos coordinados, entre diferentes unidades policiales, para establecer cómo se organizan estas bandas y desarticularlas.
Sin embargo, los casos no han disminuido. El oficial menciona que otro motivo por el que los homicidios intencionales aumentan es la salida de reos de las cárceles, quienes tras cumplir una condena no se regeneran y vuelven a las calles con sed de venganza para recuperar el espacio perdido.
Es entonces cuando quieren ser notados para adquirir un supuesto “respeto (...), a través de la violencia”, señala Daniel Pontón, investigador y decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).
“Su forma de actuar también da paso a culturas mafiosas y buscan que la gente (en su entorno) acepte sus prácticas ilegales como forma de vida”, acota el experto.
Pero aclara que si alguien no se ajusta a sus lineamientos, los criminales encontrarán una manera violenta de imponerse, porque para ellos “lo que importa es el efecto (que causan)”, añade Pontón.
Y eso les garantiza también adeptos, que luego pasan a ser parte de sus filas. “Es preocupante que cada día existan personas que quieran hacer parte de estas organizaciones”, lamenta el comandante zonal.
El jefe policial reitera que con las investigaciones hallarían la manera de poner freno a los hechos violentos, pues -aunque no precisa la cantidad- sostiene que a diario se decomisan armas de fuego y se realizan “detenciones importantes” de sospechosos de muertes y de tráfico de drogas.
La pelea por territorio es, en mayor parte, por la venta de dosis de sustancias para el consumo interno, que no tendría que ver con el tráfico a gran escala. De eso, el comandante Aráus no dio detalles, pues dijo que es un tema que se “lo maneja con reserva”.
Víctimas jóvenes
En los registros de la Comisión de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Gobierno se observa que -en la urbe porteña- la mayoría de víctimas mortales es parte de una población relativamente joven, de entre 20 y 44 años (ver gráfico).
Ante esto, Pontón opina que se trata de una situación normal en la cultura del crimen organizado, porque -refiere- son personas que prefieren vivir poco tiempo con excesos.
Cambios
César Peña, fiscal de Guayas, explica que las formas de operar de las agrupaciones de microtraficantes han cambiado. “Antes, por la pugna del territorio, cometían los asesinatos los fines de semana. En especial, los sábados y, como pronto, eran los jueves los que tenían un número alto de homicidios”, menciona.
Actualmente, el sábado mantiene una cifra alta de crímenes cometidos, pero no es el primero. En Guayaquil, el lunes es el día en el que más se ejecutan muertes violentas.
Peña indica que la forma de operar de los delincuentes amerita investigación, pero adelanta que sospecha que los asesinos actúan a inicios de semana porque pensarían que hay menor control policial, en comparación a los otros días.
No hallan impedimento
En Guayaquil, dos hombres tienen prohibido circular en una misma motocicleta, de 19:00 a 06:00. Y según las estadísticas, es en este horario que se han cometido la mayoría de muertes violentas.
De 214 crímenes, 139 se cometieron de 18:00 a 06:00 aproximadamente.
El fiscal Peña menciona que los sicarios, cuya mayoría usa moto, viven al margen de la ley y es por eso que hacen caso omiso de las ordenanzas para cometer sus delitos.
No obstante, aclara que en los operativos realizados durante los horarios de prohibición, sí se logran detectar a sospechosos y que eso evitaría muertes, porque suelen ser encontrados con armas.
“Hemos notado que gran parte de estos hechos tienen relación con temas de droga, por la venta y la pelea por el territorio, que es lo que se ha podido determinar en las investigaciones”, expresa el operador de justicia.
Cifra
En Ecuador, entre el 1 de enero de 2020 y el pasado 31 de agosto, se cometieron 3,3 asesinatos por día. En un día, equivale a un crimen cada ocho horas.