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Un asambleísta constituyente chileno fingió cáncer y por eso hoy sí la pasa muy mal
El activista político es criticado ferozmente e investigado por haber basado en esa enfermedad su campaña para ser elegido el pasado mayo
El constituyente chileno Rodrigo Rojas Vade, quien fingió tener cáncer durante meses en un escándalo que sacudió al país, se presentó este jueves a declarar en la investigación abierta en su contra por presunto perjurio y tras pasar casi dos semanas sin hacer apariciones públicas.
"Las hospitalizaciones sí existieron, los síntomas existieron y hay diagnósticos donde hay diferencias por la complejidad de los síntomas y las enfermedades que se tratan", dijo su abogado, Tomás Ramírez, a las puertas de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI).
Rojas, conocido popularmente como "Pelao Vade" y quien saltó a la fama en las manifestaciones de 2019 por protestar con llamativos carteles contra los altos costes de los tratamientos de quimioterapia, reconoció a principios de septiembre que en realidad no padece cáncer, pese a haber basado en esa enfermedad su campaña para ser elegido constituyente el pasado mayo.
En su confesión pública, aclaró además que sufre de otra patología sobre la que existe un "gran estigma" social en Chile y que este martes su letrado reveló que es sífilis, púrpura trombocitopenia inmunitaria y enfermedad de Behcet.
"Sobre la certeza de ese diagnóstico y si puede cambiar escapa de mis competencias como abogado y corresponde que sean médicos los que lo precisen", indicó Ramírez antes de que su cliente prestara declaración, que no quiso hablar con los medios.
La propia convención que redacta el nuevo texto constitucional fue la encargada de renunciar a Rojas por presuntamente haber mentido en la declaración de intereses y patrimonio que se exige a los constituyentes, en la que afirmó tener una deuda de 27 millones de pesos (sobre 35.000 dólares) por el financiamiento de un tratamiento contra el cáncer.
Tanto la presidenta del órgano como su vicepresidente principal, Elisa Loncón y Jaime Bassa, respectivamente, prestaron declaración como testigos la semana pasada.
La mentira de Rojas desató críticas feroces en redes sociales y cada vez son más los constituyentes y figuras políticas que exigen su salida de la convención, de la que era uno de los siete vicepresidentes.
Este órgano, formado en gran parte por ciudadanos independientes y de tendencia progresista, comenzó en julio a redactar la nueva Constitución chilena como la vía política para amainar la crisis social en la que estaba sumida el país, la más grave en sus 31 años de democracia.