Aquiles Álvarez, durante su primer día de trabajo como alcalde de Guayaquil, amaneció ‘camellando’ literalmente. Fue como el hijo más ‘aplicadito’ después de las farras organizadas en su casa: ni bien ‘abrió’ los ojos se paró a ‘barrer’ todo lo que encontró a su paso.

El recién posesionado funcionario inició en esta ‘labor’ pasadas las 06:00 de este lunes 15 de mayo. Los pilares del Municipio de Guayaquil iluminados de azul le daban algo de color al entorno debido a la poca luz natural por la hora.

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Cuando el reloj marcó las 06:30, Álvarez asomó en su nuevo lugar de trabajo. Él, a diferencia del día de la posesión, llegó con un look un poco más informal: zapatos negros que combinaron con su maleta del mismo color. Y, a su lado, en vez de Fiorella, su esposa, un hombre que portaba un arma larga para brindarle seguridad. Esto no pasó desapercibido.

El también empresario saludó a los que más podía en su camino hacia el Municipio. Abrazó a un trabajador de limpieza y luego subió las escaleras para entrar al edificio principal, frente al monumento a la Fragua de Vulcano.

Dijo que lo primero que atenderá será “ordenar todo” concordando con parte de su discurso durante la posesión en el que mencionaba que buscará que Guayaquil resurja. Sobre la deuda en el Cabildo que recordó en la posesión, adelantó que va a “reorganizar el presupuesto municipal” y que “no hay que asustarse”.

Álvarez no paró en su ‘limpieza’. Se movió con la ‘escoba’ de un lado para otro, acomodando los ‘muebles’ en su nueva casa hasta las 14:00 de ayer, cuando se inició la sesión del Concejo Cantonal, en la que se dio a conocer que Blanca López, concejala electa por la Revolución Ciudadana, será quien ocupe el puesto de la vicealcaldía. “En este Concejo no debe haber espacio para el odio; si para el debate de ideas”, dijo López.