Ama el llapingacho y es hincha del Técnico Universitario. Aunque no puede caminar con facilidad, por los achaques de la edad, un buen pasillo le levanta siempre el ánimo a Juan Sandoval Chango, quien cumplió 107 años en Ambato, Tungurahua.

Aunque en su cédula refleja que nació el 24 de febrero de 1917, la familia le celebró su más de siglo de vida el viernes 1 de marzo en la casa que construyó con sus manos. No hubo farra, pero sí un festejo familiar en el que no faltó la canción ‘Las mañanitas’, al son de mariachis y buen pastel para este hombre que ha sabido ‘vacilar’ la vida como se debe, con alegría e intensidad.

Un sobreviviente

Juanito, como lo conocen sus seres queridos, es una de las personas más longevas de Tungurahua. No puede escuchar bien, pero sus recuerdos están prácticamente intactos.

Uno de ellos es cuando tenía 2 años y afrontó los efectos nocivos de la gripe española que, para 1919, estaba casi por terminar en el país. En esa época, en Ecuador se detectaron al menos unos 200 muertos, según los datos históricos.

Ocho años más tarde comenzó su vida de sacrificios. Era apenas un niño cuando empezó a trabajar en el Municipio de Ambato. Entró como ayudante, luego fue un pequeño picapedrero hasta que después lo ascendieron a albañil.

Pero el afán de superarse hizo que todo el esfuerzo que ponía en cada obra rindiera sus frutos. A Juanito lo ascendieron a jefe de trabajadores.

Terremoto y COVID

Juanito tenía 32 años cuando la vida le puso otra prueba de ‘resistencia’. Corría 1949 cuando un implacable terremoto azotó a Ambato.

Fue una de las situaciones más desesperantes que afrontó. En ese sismo, muchas personas quedaron atrapadas en sus viviendas e incluso dentro de la catedral. Todo era confuso y entre los sobrevivientes tuvieron que ayudarse.

Entre ellos estuvo Juanito, quien se armó de valor e instó a sus compañeros para ayudar. Pasaron los días y este hombre organizó cuadrillas para limpiar la ciudad.

También fue uno de los que intervinieron en la famosa catedral ambateña para reconstruirla luego del implacable terremoto. Así, Juanito se ganó la estima de la gente que lo vio trabajar hasta cuando tenía 80 años.

Pero a sus 103 años, Juanito nuevamente sería testigo de una desgracia mucho mayor: la llegada de la pandemia de la COVID-19. Por fortuna, el virus no hizo mella en su vida y pudo festejar su largo cumpleaños número 107 con sus seres queridos.

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