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En la intersección de la calle José Santiago Castillo y Víctor Hugo Escala, en Kennedy Norte, fue el lugar donde el joven dio tránsito.FREDDY RODRÍGUEZ

Un agente de tránsito ciudadano y un vendedor de jugo de coco: héroes de una Guayaquil en caos

Un joven ayudó a descongestionar una calle. Ahora, lo busca una beneficiaria quiere agradecerle en persona

Han pasado más de 48 horas de los disturbios del martes 9 de enero y los ciudadanos que se han puesto una capa imaginaria, para brindar su servicio a la comunidad de manera altruista, siguen apareciendo.

Diana Santillán, de 24 años, fue una de las beneficiarias de la acción “loable” -como ella la describe- de un joven, a quien le encantaría conocer. Ella lo identifica como el héroe de su tarde y quisiera agradecerle formalmente porque, en la intersección de la calle José Santiago Castillo y Víctor Hugo Escala, en la Kennedy Norte, ayudó a ‘desenredar’ los vehículos que intentaban avanzar hacia la avenida Juan Tanca Marengo, desde la Francisco de Orellana.

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La ciudadana, quien se transportaba en el carro con una tía, recuerda que el chico se bajó de un auto que ni siquiera pudieron ver, debido a la acumulación de vehículos. “Se bajaron él y una chica al mismo tiempo. Ellos empezaron a dar tránsito en una calle que llevaba congestionada entre 30 y 40 minutos”, relata.

La solución era esa, dice Diana, porque en cuestión de cinco minutos todo empezó a fluir. “Hubo maleducados que cuando ya vieron todo libre, prefirieron lanzarle el carro a esperar su turno para cruzar, pero él siguió en su labor de ayudar”, refiere.

José Legarda, trabajador de una vivienda de la zona, afirma que en esa esquina es usual observar congestión vehicular, debido a que en ese punto en específico confluyen algunas ‘vertientes’. “Del lado izquierdo vienen carros, otros giran en el retorno y unos más vienen recto. Esto se suele hacer un caos”, cuenta con pesar.

El chico no dudó en bajarse de su auto para ayudar.captura de pantalla

Nayeli Flores, una vecina, vio la ‘película’ en primera fila y con canguil. Desde su balcón observó la acción y, así como Diana, resalta la predisposición del buen samaritano.

“La cualidad del chico es una de las razones por las que el ‘presi’ nos tiene fe a los ecuatorianos: porque somos atrevidos a realizar acciones así. Muchos lo pensaron tal vez, yo me incluyo, pero nadie fue”, finaliza Diana.

Harry Perlaza, de 40 años, también se metió en la ‘carrera’ de los que dieron la mano sin esperar reconocimiento. El miércoles 10, al mediodía, vio a un grupo de uniformados de las Fuerzas Armadas patrullar por la avenida Malecón. Unos iban en sentido centro-norte y otros en ‘contravía’. Cuando los vio, que se encontraron fue justo frente a su carreta de jugos, que era atendida por otra persona. 

“Le dije a él que, por favor, les dé a todos un vaso de 12 onzas y lo recibieron como un regalo. Algunos venían con algo que parecía un sánduche en su mano, espero que con eso hayan completado”, detalla.

Harry Perlaza vende jugos de coco en la Bahía, centro de Guayaquil.EXTRA

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Él dice no hacerlo por ningún tipo de reconocimiento, sino porque le nace. “Si me sobra jugo, voy a regalarlo a la zona del parque Chile, porque no me gusta botarlo”.

A Harry, aunque dice que no le sobra el dinero, le llena el corazón ayudar a quienes considera que necesitan de su colaboración. “Todos dieron las gracias. Tiene que haberles matado un poquito la sed que ellos cargaban”, finaliza.

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