Los familiares de Katherine Kaina Vera Ramírez, de 28 años, viven tortuosos momentos. Al dolor de conocer sobre su muerte, incluso con decapitación, y de haber visto su cabeza dentro de una funda negra, en una de las calles del cantón Tosagua, en Manabí, se suma la angustiante espera para darle sepultura.

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Los deudos no pueden retirar sus restos hasta que se cumplan las pericias forenses y pruebas necesarias para su identificación, según una fuente policial.

Una de las pericias que harán será un ADN forense para corroborar si la cabeza hallada el miércoles 30 de octubre de 2024, en el centro del cantón Tosagua, corresponde genéticamente a un torso incinerado que fue localizado horas después en una zona arrocera de la localidad. Los resultados podrían tardar entre uno y tres meses.

Además del cuerpo femenino hallado en la comunidad rural El Viento, a unos 20 minutos del centro de Tosagua, también estaban unos restos de sexo masculino, cuya identidad se desconoce.

La cabeza de Katherine Vera Ramírez fue identificada por sus parientes, poco después del hallazgo. Ellos acudieron al Centro Forense de Manta y reconocieron la parte humana que en la mañana habían hallado en la zona comercial de Tosagua.

El nombre de Katherine Vera Ramírez, según el portal web del Consejo de la Judicatura, no aparece como demandada o imputada, sino en casos por temas de alimentos en contra de los padres de sus dos hijos. Ambos procesos se llevaron a cabo en el cantón Tosagua, donde ella residía. Según personas que conocían a Katherine Vera, ella era ama de casa.

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