Ramiro Ube Pin, de 54 años, era un fiel seguidor de Diario Extra, al que compró durante más de tres décadas. Lo hacía para que sus clientes se entretuvieran con cada una de sus historias en el puesto donde betunaba zapatos, donde pasó casi toda su vida.

(Lea también: ¿Quién es el presunto delincuente que sobrevivió a enfrentamiento policial en Guayaquil?)

Era conocido como Ramirito, quien padecía síndrome de Down y, a pesar de tener algunas dificultades para hacer las cosas, siempre luchaba por sacar adelante a su madrecita, María Pin. Ella está devastada por su fallecimiento, ocurrido la tarde de este domingo.

Para muchos comerciantes, la noticia fue como un balde de agua fría, ya que Ramirito salió al centro, donde se descompensó y fue llevado al hospital de Quevedo, donde horas más tarde se confirmó su fallecimiento.

La noticia de su muerte se propagó como pólvora, lo que causó conmoción entre decenas de comerciantes de las calles 7 de Octubre, entre Séptima y Octava, quienes pidieron a sus familiares que lo velaran por un rato en su lugar de trabajo.

La escena era inusual debido a que era poco común ver un velorio en pleno centro de la ciudad de Quevedo. Sin embargo, los comerciantes querían cumplir su último deseo de que lo lleven a donde él entregó su vida betunando zapatos.

No estuvo mucho tiempo, pero en esos pocos minutos muchas personas aprovecharon para verlo por última vez. En su caseta donde lustraba se colocó un lazo negro como muestra de ofrenda de que ya no estará nunca más entre los vivos. Su madre, con pasos cortos por el peso de los años que lleva encima no encontraba consuelo por la muerte de su hijo. “Mi Ramirito siempre estuvo conmigo” refería la entristecida mujer.

Su caja mortuoria fue levantada y llevada hasta la parroquia Venus del Río Quevedo y en horas de la tarde lo sepultarán en el cementerio de la parroquia San Cristóbal.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete a EXTRA!