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Montecristi: Comerciante de mariscos fue extorsionado por un familiar cercano
Un pariente de la víctima es investigado. Aprovechando la cercanía, habría usado información familiar para una mala acción
A un comerciante manabita un primo le habría fraguado una ‘mala jugada’. Aprovechando la cercanía, el familiar, al parecer, armó un oscuro plan con el fin de sacarle un ‘billete’ a través de amenazas, pero ‘se le cayó’.
La tortura para el comerciante de mariscos, de 25 años, se inició el 26 de mayo de 2024, cuando empezó a recibir llamadas y mensajes extorsivos a través de la aplicación de WhatsApp. Le enviaban fotografías de su círculo familiar con la finalidad de causarle temor.
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Extorsionista pedía 5.000 dólares
Una fuente de la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) de Manta, Manabí explicó que a la víctima le exigían 5.000 dólares para brindarle seguridad y si no hacía el pago procederían a atentar contra su integridad y la de los seres queridos.
Agentes especializados desarrollaron un operativo la tarde del lunes 27 de mayo, en la vía que conduce a la fallida Refinería del Pacífico, territorio del cantón de Montecristi, y lograron detener a dos hombres, de 22 y 21 años, respectivamente.
El menor de ellos, según confirmó la Policía Nacional, es primo de la víctima del hecho extorsivo. Los aprehendidos no registran antecedentes ni procesos pendientes, según el informe policial al que EXTRA tuvo acceso.
De cara a la sanción
Entre los indicios, los agentes retuvieron una motocicleta, dos teléfonos celulares y dinero en efectivo, que junto a los aprehendidos están a órdenes de la autoridad competente.
Los ciudadanos serán investigados bajo el delito de extorsión tipificado en el artículo 185 del Código Orgánico Integral Penal, el mismo que indica que “una persona que, con el propósito de obtener provecho personal o para un tercero, obliga a otra, con violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio de su patrimonio o el de un tercero”.
Este delito se sanciona con entre tres y cinco años de cárcel, pena que puede incrementarse a siete años de prisión si dentro el delito “se ejecuta con la intervención de una persona con quien la víctima mantenga relación laboral, comercio u otra similar o con una persona de confianza o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad”. (AG)
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