La sombra de la violencia sigue acechando a Esmeraldas. Apenas horas después de la despiadada matanza que estremeció al barrio Tripa de Pollo, el domingo, donde cuatro personas perdieron la vida y más de diez resultaron heridas, la pesadilla continúa.

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La madrugada de este lunes 19 de agosto, otro acto de sicariato sacudió la tranquilidad de la ciudad verde, aumentando la lista de víctimas y sumergiendo a los habitantes en el pánico.

Eran aproximadamente las dos de la madrugada cuando el ECU - 911 recibió una alerta. La llamada describía un escenario macabro: un joven yacía sin vida en plena calzada, en una de las zonas donde la violencia parece no tener fin. Agentes policiales, al llegar al lugar, confirmaron lo peor.

El cuerpo inerte de Nixon Sebastián Guerra Medranda, un joven de apenas 19 años, estaba tendido en el asfalto, víctima de dos disparos letales que perforaron su cráneo.

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La escena era escalofriante. La sangre aún corría por las grietas de la calle, mientras los vecinos observaban aterrados desde sus ventanas, temerosos de convertirse en las próximas víctimas de esta imparable ola de sicarios. Nixon no tenía antecedentes penales, pero en esta ciudad asediada por el crimen, nadie parece estar a salvo.

Las autoridades han movilizado a unidades especializadas para investigar el caso, mientras la comunidad se sumerge aún más en el miedo.

En la misma zona, a pocas cuadras, en el barrio Cordero Crespo, fue asesinado otro hombre identificado como Chalar Gonzales Samuel Antonio, de 34 años, a causa de varios disparos propinados por presuntos sicarios.

Chalar contaba con un inquietante historial delictivo que incluía múltiples delitos relacionados con armas. En 2018, fue acusado de ataque y resistencia, un antecedente que ya presagiaba su implicación en actos de violencia. Posteriormente, en 2020, enfrentó cargos por tenencia y porte de armas, y en 2023, se sumaron nuevas acusaciones por posesión de armas de fuego, municiones y explosivos no autorizados.

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