A 20 kilómetros de Pilahuín, por la vía hacia Guaranda, en las alturas de Tungurahua, se encuentra Pucará Grande, una comunidad ancestral que deslumbra con su riqueza paisajística y cultural.

Aquí, la inmensidad de las montañas, las lagunas místicas y la tranquilidad del páramo crean un escenario perfecto para quienes buscan reconectar con la naturaleza y sumergirse en un mundo de historias ancestrales.

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En Pucará Grande, el turismo comunitario y sostenible toma protagonismo, promoviendo el respeto y la conservación del medio ambiente. El páramo se convierte en el mejor aliado para este propósito, con sus paisajes que parecen cobrar vida y las historias de antaño que susurran al oído de los visitantes.

Carmen Chicaiza, guía local, comenta que en Pucará Grande los turistas pueden recorrer las legendarias lagunas, cada una con una historia enigmática. Por ejemplo, la Laguna Roja evoca antiguos rituales en los que se buscaba el perdón de los dioses. La Bayu Kucha es considerada una de las lagunas más hermosas, y según los visitantes, su agua cambia de color en ciertas épocas del año.

El ascenso, un desafío

Para los aventureros, el ascenso al cerro Piedra Colorada, a 4.080 metros sobre el nivel del mar, es una experiencia única. Desde su cumbre, pueden admirar las comunidades vecinas y los majestuosos volcanes Carihuayrazo y Chimborazo. Este lugar es ideal para quienes buscan un desafío físico y un espectáculo natural inolvidable.

Y en cuanto a la comida, no hay que preocuparse, ya que en la comunidad se ofrecen variados platos de gastronomía típica, elaborados con productos cosechados en sus propios predios.

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