La mañana de este jueves, 14 de noviembre, una operación conjunta entre militares y policías se desplegó en la cárcel de varones de Esmeraldas, tras recibir información sobre una presunta amenaza de amotinamiento por parte de los reclusos. La intervención tuvo como objetivo evitar que se produjeran disturbios dentro del centro penitenciario, en un contexto marcado por los recientes hechos de violencia ocurridos en Guayaquil.

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El general Edwin Cañizares, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Esmeraldas, explicó que la intervención se realizó para prevenir cualquier levantamiento dentro de la prisión, ya que existían indicios de que los internos podrían estar planeando acciones violentas. "Ante la información sobre un posible amotinamiento, la acción fue tomar medidas preventivas", dijo Cañizares.

Se decomisaron evidencias

Durante el operativo, que involucró a 55 agentes de la Policía Nacional y 150 militares, se llevaron a cabo inspecciones en todos los pabellones de la cárcel. En el proceso se decomisaron varias evidencias, incluyendo cartas y papeles con nombres y números telefónicos, lo que sugiere que los reos mantenían contacto con personas fuera del centro penitenciario. "Es posible que algunos internos estén utilizando a servidores del mismo penal para facilitar estas comunicaciones", señaló el general.

A pesar de la magnitud del operativo, la situación en la cárcel de Esmeraldas no registró incidentes mayores. Los reclusos fueron retirados temporalmente de los pabellones mientras se realizaba la inspección de las celdas, pero la seguridad fue restablecida sin alteraciones graves.

Cañizares también informó que, aunque la intervención fue efectiva, se reforzarán los controles en los ingresos del centro carcelario, aunque las visitas continuarán realizándose con normalidad.

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