La extorsión a un pueblo honesto ya no es un mal al que se lo miraba como algo foráneo. En Quito, esa maldita sombra ya se está expandiendo sin que se haga nada al respecto.

En la Carita de Dios ya se oye de casos en los que ‘vacunadores’ amedrentan a los dueños de locales para dejarlos trabajar en paz. Y, ante esto, las acciones para controlarlo son nulas.

Por ahí circulan consejos que da la Policía para denunciar a los extorsionadores. Y ya. No hay nada concreto para que la gente se sienta segura hasta para trabajar en su propio negocio.

La paz se acabó en la capital y en el país y a nuestros líderes no les importa lo que suceda.

¿Se hace algo para combatir a los ‘vacunadores’?

“Vivimos en una ciudad insegura y las autoridades no toman cartas en el asunto. Las estrategias que han tomado no son oportunas. Hay mucho miedo”.

“La policía no puede actuar como debería porque hay mucha corrupción en otras entidades del Estado que permiten que estos delitos queden impunes”: