¿Tan pronto se acabó el miedo a la ola criminal? ¿Ya está todo controlado y no hay tantos delitos ni muertes violentas? ¿Ya es más seguro salir de noche y amanecerse? ¿O es que el ‘toque de queda’ impuesto con horarios restringidos no era el correcto y ahora, para compensar, se dan ‘horas extras’ a la farra y la diversión? Si no es un extremo, es el otro, pero en Ecuador las medidas que se toman en el tema seguridad parecen ser una tomadura de pelo.

La violencia registrada a inicios de noviembre pasado, con ataques a edificios de la Policía y la muerte de seis de sus miembros, nos arrastró a un apurado estado de excepción en Guayas y Esmeraldas, que después se extendió a Santo Domingo de los Tsáchilas. Una medida que limitó, inicialmente, los horarios nocturnos de los ciudadanos en las calles a las 21:00. Se revisó luego de días y se movió a las 23:00. Nada había cambiado, se seguía robando, secuestrando y matando gente a toda hora. Y así siguió.

El plazo establecido para el estado de excepción culminó y nada cambió. En Esmeraldas, enSanto Domingo o Guayas se mata igual o peor que antes. Y ahora, el extremo: terminada la medida se extiende el horario de atención de centros nocturnos hasta las cuatro de la mañana. ¡Como si ya fuera este otro país! ¡Como si ya la inseguridad hubiese sido frenada!