A una semana del regreso a clases en la región Costa, hay más dudas que certezas en el horizonte de estudiantes, padres de familia y docentes. Esta vez por las “desconexiones temporales” que tienen ‘cabezones’ y fastidiados a los ecuatorianos, por todos los problemas derivados de la emergencia energética.

Esta declaración del Gobierno ha generado cambios en las modalidades vespertina y nocturna que se implementan desde la semana pasada por disposición del Ministerio de Educación en los planteles de otras regiones del país. Sin embargo, un ‘caluroso’ problema espera a los alumnos de las provincias de Guayas, Los Ríos, El Oro, Manabí, Santa Elena y Esmeraldas, quienes deberán recibir clases en ambientes sofocantes, principalmente entre la mañana y el mediodía, debido a las altas temperaturas que se registran desde hace un mes en la Costa. Además, hay que sumar las dificultades que enfrentarán los alumnos de los sectores rurales, donde algunos centros de estudios han resultado afectados por las intensas lluvias y desbordamientos de ríos.

Someter a los estudiantes a recibir clases en estos escenarios adversos no es lo más adecuado. Desafortunadamente, las condiciones actuales no serían las más favorables para un óptimo proceso de aprendizaje. Las autoridades deben analizar las consecuencias de empezar ya el año lectivo en esta parte del país.