Qué debe suceder en Quevedo para que las autoridades del país retomen el control en las calles y le devuelvan la paz a sus habitantes, golpeados durante algunos años por la violencia criminal.

Lo sucedido la semana pasada cuando delincuentes secuestraron a un adulto y tres menores de edad que viajaban en un expreso escolar es la muestra del descontrol que existe en este cantón de Los Ríos, el más violento y donde la Fiscalía provincial registra 81 secuestros extorsivos en lo que va de este año, sin contar las cifras negras de delitos similares.

Está claro que en esta localidad, que fue epicentro de una estructura piramidal que quedó al descubierto hace dos años y que terminó perjudicando a cientos de ciudadanos de todo el país, y que también está bajo el dominio de organizaciones criminales, no se han cambiado las estrategias de trabajo en cuanto a los ejes de seguridad. Ni los tan cacareados estados de excepción del Gobierno pasado han ayudado a frenar la escalada de violencia.

Las consecuencias de este problema empiezan a evidenciarse con la migración de ciudadanos, quienes buscan salir de Quevedo por miedo a ser las próximas víctimas, afectando de esta forma la dinámica productiva y económica de este cantón agrícola. Es urgente la recuperación de la seguridad en esta localidad riosense.