Hay un dicho que debería aplicarse al tan promocionado Metro de Quito: ‘Tras cuernos, palos’. Pero primero hagamos una explicación de la razón de usar este conocido refrán popular.

El 1 de diciembre de 2023 fue declarado –por las autoridades municipales– como un día histórico porque funcionaba este tan ansiado sistema de transporte. La parafernalia para la inauguración fue tal que los quiteños y, por qué no, los ecuatorianos, veíamos con buenos ojos este hito.

Pero a poco más de seis meses de su funcionamiento, una serie de inconvenientes han llegado como vagones del Metro: uno tras otro. Primero surgió el lío de los mantenimientos de los trenes que, según el alcalde Pabel Muñoz, era asunto que debía solucionar el entonces burgomaestre Mauricio Rodas.

Luego, un apagón nacional mostró un escueto plan de evacuación para los usuarios que fueron caminando por los túneles. Ahora, el concejal Andrés Remache expuso en X (antes Twitter) que cuatro de los 18 trenes superaron los 120 mil kilómetros de recorrido.

El plan de mantenimiento refiere que deben revisarlos, pero ahí está la queja del edil: no existe contrato ni proceso de contratación para este fin. Y por eso, ‘tras cuernos, palos’.

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