La muerte de al menos cuarenta migrantes en Panamá en un accidente de tránsito, parte de ellos ecuatorianos, expone, una vez más, la alta migración existente en algunos países de Latinoamérica, por las pocas oportunidades que tienen en sus territorios para mejorar su calidad de vida y la de sus familias.

La situación de inseguridad también pesa a la hora de decidir entre quedarse en el país y buscar el sueño americano, aunque en ese intento se pierda la vida.

Saber que hay niños heridos, posiblemente ecuatorianos, que están solos en un país desconocido, preguntando por sus padres, lacera el alma y debe llevar a las autoridades nacionales y locales a reflexionar sobre lo que han dejado de hacer. No migran quienes tienen confianza en su país.