Desde hoy, 1’700.000 estudiantes iniciarán el ciclo lectivo 2024-2025 en Sierra y Amazonía. Chicos y chicas vuelven a clases con ilusión y las ganas de reencontrarse con sus compañeros y amigos de aulas. Pero también con mucho temor, lo mismo que sienten sus padres, por el crecimiento inusitado de bandas delictivas que están a la cacería de los jóvenes para robarles, volverlos consumidores de droga o que trabajen para ellos.

“Aquí están Los Lobos”, “Los Tiguerones” y más mensajes de las bandas delincuenciales aparecieron ya el año pasado en baños y paredes de algunos planteles de Quito, denotando con ello la presencia de estos grupos de bandidos en la capital.

Padres de familia advierten muchas dificultades por el escaso control de lugares de ingreso y espacios institucionales. Se suma a ello la falta de acción oportuna por parte de docentes y autoridades en el control interno, pues tal como ocurre ya en ciudades como Guayaquil, los estudiantes los amenazan o advierten que su papá es del tal banda, o que no se metan con ellos porque no saben lo que pasará. La sensación de inseguridad debe tener una respuesta adecuada de las autoridades, tanto para la protección de los estudiantes, como para la seguridad propia de los profesores.