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Opinión
Editorial: Dragado del río Guayas
El Guayas, río tutelar de Guayaquil, en cuyas márgenes terminó su proceso fundacional, convirtió a la urbe en un importante puerto fluvial. Desgraciadamente la sedimentación producida por el material que vienen arrastrando los ríos Daule y Babahoyo, que alimentan las aguas guayasenses, ha provocado que poco a poco el río haya perdido su importancia para la navegación.
Y es por ello que, desde hace algún tiempo, hace más de 50 años, se viene tratando de llevar a cabo un dragado total de este gigante fluvial, obra que desgraciadamente se ha ido postergando en varias oportunidades.
Una buena noticia, pues, nos llega desde la Prefectura del Guayas, que anuncia que por fin va a realizarse el necesario proceso de contratación internacional para que se realice tan importante obra, siendo que esta es la quinta vez que se intenta adjudicar dicho contrato, que siempre fue considerado por las administraciones de la Prefectura como una obra prioritaria que no puede seguir atrasándose, por lo que hay que vencer una serie de obstáculos contractuales, legales y hasta de tipo político.
Este dragado permitirá a la ciudad tener dos caras para recibir el importante transporte naval, ya que Guayaquil cuenta también con un puerto marítimo. Y hay que señalar que el dragado no es una obra de una sola vez, sino que hay que repetirlo cada cierto tiempo para impedir la permanente sedimentación.