El agua es vida. Y quien atente contra su distribución en una ciudad, simplemente estará perjudicando al pueblo. Y más aún en este contexto de crisis energética que vivimos. En Quito, la situación está que arde. La Municipalidad ha comenzado con los ‘racionamientos preventivos’, pero esto ha levantado muchas dudas. Técnicos e incluso algunos concejales de la ciudad aseguran que los cortes de agua en casi cien barrios no tienen nada que ver con la escasez hídrica, ya que los embalses están llenos y podrían abastecer la ciudad durante todo un año.

Entonces, ¿por qué los cortes? Todo indica que esta movida podría ser parte de una jugada electoral, pensada para afectar las posibilidades de uno de los candidatos más fuertes de cara a las elecciones.

Por si fuera poco, el alcalde ahora propone subir las tarifas del agua sin dar explicaciones claras, y parece que no tiene mucha prisa por permitir que el Ministerio del Ambiente haga una inspección real de los embalses.

Que la sequía y la escasez de agua puedan estar siendo utilizadas por ciertas administraciones como armas para perjudicar a sus rivales políticos en los comicios de febrero del 2025 sería irresponsable y perverso.