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Opinión
Editorial: Salud intervenida
Una vez más, la salud ecuatoriana se empaña con actos de corrupción. Esta vez se le quitó la máscara a la Maternidad del Guasmo, al sur de Guayaquil, por denuncias de actos de corrupción, la cual fue intervenida por las autoridades debido a que los usuarios afectados decidieron denunciar la situación. Empleados vivarachos se aprovecharon de la desesperación de las pacientes que acuden a este centro hospitalario en busca de una ayuda inmediata por su estado avanzado de gravidez, para cobrar altas sumas de dinero por poder acceder a una cama, cuando el servicio es gratuito.
Tráfico de influencias, escasez de insumos médicos, equipos especializados en mal estado, son algunas de las tantas cosas que tienen que soportar las personas que acuden a los centros de salud del Estado. Pareciera que el común denominador del sistema de salud de nuestro país aplicara el famoso dicho “el que tiene padrino se bautiza”, porque muchas veces sucede que quien no llega con una buena recomendación o la consabida ‘palanca’ debe esperar con toda la paciencia del mundo para ver si corre con la suerte de recibir atención médica.
El caso específico de corrupción de la Maternidad del Guasmo se suma a los tantos actos ilegales que ha tenido que soportar el pueblo ecuatoriano, porque queda más que demostrado que no se trata solamente de desvincular a los implicados, ya que las mafias dentro de estos hospitales están fuertemente enraizadas y lo que se necesita es una verdadera intervención de estos centros y un control permanente para cortar ese círculo vicioso y dañino.