Hoy, Ecuador respira fútbol. Motivados por la posibilidad de clasificar a nuestro cuarto Mundial, la fanaticada nacional estará esta noche con los ojos frente a la ‘teve’ y con el corazón ‘cruzando el charco’, en Paraguay. Allí, esta nueva generación de futbolistas, acompañados de unos cuantos que le dan ese toque de experiencia, puede lograr una nueva hazaña que le devuelva la sonrisa a un país tan necesitado de alegría.

Y es que al iniciar las eliminatorias hacia Catar 2022, la Tricolor enfrentó una serie de vicisitudes que hacían pensar en un descalabro. Todo empezó con el holandés Jordi Cruyff, quien en 52 días en los que casi nunca estuvo en el país ni practicó con los futbolistas, se llevó un millón cien mil dólares ‘a vaca’. Fue contratado en enero de 2020 y se marchó, sin pena ni gloria, y lo peor, haciéndole el feo al país, en julio de 2020.

Los ecuatorianos la veían negra. Y de pronto llegó un DT desconocido para la gran mayoría, Gustavo Alfaro. Apoyado por Jorge Célico (hoy DT de Barcelona), que había hecho historia con los ‘pelados’ de la sub-20 y otra camada de jóvenes futbolistas que venían ‘pidiendo pista’, Ecuador encontró otro rumbo.

No faltaron las polémicas y cuestionamientos por dejar fuera de las nóminas a los llamados ‘históricos’. A esos que en su momento lo dieron todo. Era hora de comenzar a renovarse, de darle nuevos aires a la Tri. Y hoy, esa apuesta de Alfaro nos tiene a las puertas de un nuevo Mundial. Con una selección llena de ‘pelados’ en busca de la gloria. ¡Hoy es todo, muchachos!