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Opinión

Editorial: ¡Larguísimo estado de decepción!

Que salían a las calles para retomar el control de la seguridad en ciudades como Guayaquil, Esmeraldas y algunas urbes de Manabí, dijeron. Hacen operativos en las calles, bajan a personas de los buses y autos, y los chequean de pies a cabeza. Pero nada cambia: el país sigue tomado por la delincuencia. En pleno estado de excepción, los ecuatorianos viven un estado de decepción.

Si bien la mayoría de crímenes y sicariatos, según los datos oficiales, se da por la pelea de territorio por el tráfico de drogas, a esto se suma el aumento de robos, secuestros, amenazas a dueños de negocios... El discurso de seguridad ha sido basureado por la delincuencia. Y todo sigue igual.

¿El estado de excepción lo satisface o lo decepciona?

“A mí me decepciona. Es algo que no suma, cuando debería ser lo contrario.

Es como si no hubiera nada que rija el país”.

“Es decepcionante. Han impuesto el horario nocturno para el toque de queda, en el que se supone que no se sale, ¿pero acaso la delincuencia no anda en el día?