Desde niña, Diana Ruiz sintió un amor irremediable por las alturas. “Siempre quiso volar; le encantaba subirse a la rueda moscovita o a todo lo que implicaba estar arriba”, recordó su padre, Héctor Ruiz, con voz temblorosa por el dolor. La capitana falleció en el accidente aéreo en La Libertad.

El sueño de Diana de convertirse en piloto fue siempre respaldado por su familia. “La apoyamos en todo”, aseguró Héctor, mientras las flores se acumulaban frente al Teatro El Obrero, donde velaron sus restos. Incluso niños de las escuelas llegaron con ofrendas, rindiendo homenaje a la mujer que inspiró a muchos con su determinación y logros.

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Dos antes de accidente, Diana llamó a su hermana

La hermana menor de Diana, Carla Ruiz, compartió uno de los últimos momentos que compartió con ella, antes de la tragedia: “Hablé con mi ñaña dos horas antes de su último vuelo. A las 12:00 me dijo que volaría a las 14:00. A las 16:00 me llamaron para decirme que estaba muerta”.

Esta llamada marcó el fin de una vida dedicada a los cielos y abrió paso al duelo colectivo de un cantón que la admiraba.

Hugo Crespo, vecino de la familia, expresó: “Con todos sus méritos, Diana podría haber llegado a general. Hubiera sido la primera mujer en lograrlo dentro de la FAE”.

Paulina Ramírez, exfuncionaria del Consejo de Protección de Derechos, la recordó como un ícono de perseverancia. “Fue reconocida como mujer del año en marzo de 2024”, agregó.

El último adiós

A las 16:00 de de este jueves 28 de noviembre de 2024 se realizó el traslado del cuerpo, luego de la misa de cuerpo presente en la iglesia central del cantón. Diana Ruiz murió volando, haciendo lo que más amaba, con la misma valentía que la caracterizó en vida, según indicaron sus amigos.

Juan Pacheco quería cumplir su sueño de niño

Desde niño, Juan Pacheco soñaba con volar uno de los aviones de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). Su pasión por las aeronaves le fue inculcada por su padre Jorge, quien comandó la Escuela Técnica de la Fuerza Aérea (EFTA), una unidad militar de formación ubicada en Latacunga, provincia de Cotopaxi.

Motivado por su sueño de ser piloto, ingresó a la Escuela Superior Militar de Aviación Cosme Rennella, en la provincia de Santa Elena. Estaba en tercer año de formación y comenzaba a realizar su sueño de volar un avión y surcar los cielos del Ecuador.

Él perdió la vida cumpliendo su sueño. Él es una de las víctimas mortales del accidente aéreo registrado la tarde del martes 26 de noviembre, en el cantón La Libertad, provincia de Santa Elena. Él, junto con la capitana Diana Ruiz, hacía un vuelo de instrucción militar y las causas de por qué se precipitó la aeronave aún están por determinarse.

Luego del arribo de los restos mortales a Latacunga, la capilla ardiente fue instalada en la Funeraria Nacional, y cadetes de la Escuela Superior Militar de Aviación realizaron guardia de honor junto a su ataúd.

Los concurrentes ofrecían abrazos y palabras de consuelo a la familia, que enfrenta el dolor de haber perdido a un ser querido que dejó su hogar para convertirse en piloto. La tarde de ayer realizaron su sepelio.

Mensajero golpeado por ala de avioneta dice que "volvió a nacer"

“¡Volvieron a nacer!” es la frase que resuena en el cantón La Libertad, provincia de Santa Elena, al referirse a los dos ciudadanos que resultaron heridos tras el accidente aéreo en la avenida Eleodoro Solórzano de esa localidad.

Uno de los lesionados, Jesús Manuel Bazán Córdova, un motociclista que trabaja como repartidor de comida a domicilio, transitaba por el lugar cuando la aeronave se desplomó. “Me dirigía a entregar un pedido, iba por el carril izquierdo, cuando algo cayó del cielo. Todo se nubló y, cuando reaccioné, estaba tendido en el suelo con mi moto encima de las piernas”, narró el afectado.

Bazán considera que fue protegido por Dios y atribuye su supervivencia al uso adecuado del casco. “Eso me salvó la vida, volví a nacer”, afirmó. El miércoles 27 de noviembre, personal de la Fiscalía acudió a la clínica donde Bazán permanece para recoger su declaración.

El doctor Alfonso Baste, encargado de su atención, informó que el paciente muestra mejoría. “Tiene una fractura nasal y, aunque sigue asustado, ya está más estable”, comentó.

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