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Opinión

Editorial: La desconfianza en la justicia

Una muestra más de que el ‘rayón’ que el embajador de Estados Unidos en Ecuador le pegó a nuestra justicia esta semana no fue por gusto. En medio de una lucha sangrienta y dolorosa contra el narcotráfico y la corrupción, jueces conceden alegremente habeas corpus o medidas cautelares a criminales para que continúen delinquiendo y atemorizando a los ecuatorianos.

El debilitado sistema de justicia genera desconfianza entre los ciudadanos, porque las garantías jurisdiccionales ‘bailan’ al son que le toquen, y acciones como el habeas corpus (que tiene por objeto dar libertad a quien esté detenido de forma ilegal, arbitraria o ilegítima), que se conceden desde los puntos más lejanos de este país, de una forma sorprendente y con una agilidad nunca antes vista, ‘premian’ a quienes no merecen y vuelven a imponer terror en las calles.

¿En quién confiar? ¿A quién acudir entonces si la institución que debe administrar la justicia aplica normas obsoletas y es señalada por actos de corrupción y otras mañoserías?

Para volver a creer en la justicia es necesario escarbar en lo más profundo de su crisis y renovar las herramientas jurídicas, pero también identificar a los elementos podridos y desterrarlos para siempre.