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Opinión

Editorial: El abuso de la LigaPro

El fotoperiodismo es un género que representa y comunica, a través de imágenes, determinados acontecimientos, personajes, temáticas o sucesos. Por eso esa imagen vale más que mil palabras. La foto no es el complemento de un texto, sino información pura. El periodista gráfico Sam Shere mostró al mundo la tragedia del dirigible Hindenburg, en Nueva Jersey, Estados Unidos, el 6 de mayo de 1937, destruido por un incendio a su arribo desde la ciudad alemana de Frankfurt.

Cuando la LigaPro, entidad que organiza el torneo de fútbol nacional LigaPro-Betcris, decidió prohibir el ingreso de los fotógrafos de medios de comunicación a los estadios, atentó contra el derecho a la libertad de información que tiene la sociedad para que no le cuenten solo una parte de la historia de lo que sucede en los escenarios deportivos. Se trata de una descarada censura previa digna de la época de la Superintendencia de Comunicación del correísmo. Y lo más grave es que LigaPro impone a la prensa fotos de los partidos (tomadas por una agencia local) con publicidad ‘montada’ para favorecer a su principal patrocinador, en una clara competencia desleal.

Tal parece que a la LigaPro únicamente le interesa que se conozca su versión de la realidad, la del vuelo impecable de su dirigible, pero no de las llamas que amenazan con quemar ese ‘juego limpio’ que no se cumple en las gradas cuando los hinchas se enfrentan a muerte o cuando los futbolistas cuestionan la organización del torneo. Para mostrar esas realidades se debe tener al lente de los medios de comunicación dentro de los estadios.