Lo único que quiebra el silencio en un parque de Sauces 3, al norte de Guayaquil, es el sonido de la lluvia. Todos pasan, caminan, observan y siguen. Dan pasos con cautela porque parte del sitio está inundado. Señalan. Sí, es ahí, dicen unos, donde asesinaron este 22 de marzo a ‘Chiquinin’, de alrededor de 30 años.

Los sicarios estuvieron merodeando parte de la tarde en los parqueaderos del sector. Llegaron en moto y no dieron espacio a titubeo: uno de ellos se bajó, caminó por el parque y llegó a un pequeño quiosco, donde alcanzó a su víctima por la espalda.

Los aledaños aseguran que fueron cinco detonaciones las que escucharon. “Como en Free Fire (videojuego)”, expresa un niño de ocho años.

Los truenos siguieron sonando y la lluvia imposibilita la labor de las autoridades. “Cada que llueve es así. Nos inundamos y ahora la inseguridad también nos llega. Todo al mismo tiempo”, asegura un residente.

Los impactos a ‘Pequeñin’ fueron letales. Quedó tendido en el piso y de su cabeza había varios orificios que destilaban sangre.

El cadáver yacía cerca de unas escaleras, paradójicamente de color rojo. Su sangre parecía un exceso de pintura. “Ayer me había dicho que iba a dejar este estilo de vida y hoy me lo mataron”, comenta una conocida.

La mujer añade que la víctima estaba en condición de calle y no conoce que estuviera amenazado.